El picor crónico es una condición que afecta significativamente la calidad de vida de quienes lo padecen. Según expertos en el área de la salud, esta afección se ha convertido en un problema subestimado.
La doctora Sandra Viviana Muñoz Rodríguez, epidemióloga de Coomeva Medicina Prepagada, destacó que este tipo de picazón, que persiste por más de seis semanas, no solo genera molestias físicas, sino que también impacta el bienestar emocional y mental de los pacientes, dificultando tareas cotidianas y alterando el sueño.
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“El picor crónico es un problema que se subestima, pero sus efectos en la calidad de vida de las personas son muy similares a los que causa un dolor crónico”, precisó la especialista de Coomeva Medicina Prepagada.
Además, según cifras de la Asociación Colombiana de Dermatología (Asocolderma), más del 54% de los pacientes que acude a consultas dermatológicas reportan el picor como un síntoma, y el 13% de la población sufre de picor crónico.
Dicha condición, según lo expresado por las autoridades en el área de la salud, no se alivia con el rascado ni con tratamientos puntuales y tiende a reaparecer, afectando a personas de todas las edades, aunque las mujeres son más propensas a padecerla.
Asimismo, consideran que el picor crónico puede ser una señal de problemas subyacentes en el cuerpo, como alergias, parásitos, enfermedades de la piel como dermatitis o psoriasis, y condiciones médicas sistémicas como insuficiencia renal, anemia, problemas hepáticos y trastornos de tiroides, explicó la doctora Sandra Viviana Muñoz.
La especialista agregó que el picor persistente puede llevar a complicaciones en la piel, como excoriaciones y engrosamiento, así como a problemas de salud mental, como ansiedad y depresión, debido a la interrupción del sueño y la disminución de la energía.
Para la doctora Muñoz, es crucial buscar atención médica cuando el picor aparece de manera espontánea en amplias zonas del cuerpo, no mejora en dos semanas a pesar de las medidas de autocuidado, interfiere con las actividades diarias o el sueño, o si se acompaña de otros síntomas como fiebre, sudores nocturnos o pérdida de peso. La especialista enfatizó la importancia de un enfoque integral que no solo trate los síntomas, sino que también aborde el impacto físico y emocional de esta condición.
Para aliviar el picor crónico, se recomienda consultar a un especialista y realizar ajustes en los hábitos diarios, basados en evidencia científica y adaptados a las necesidades individuales de cada paciente. Estas medidas pueden representar una mejora significativa en la calidad de vida de quienes sufren esta afección.
Asimismo, y con base en lo señalado en la Guía Europea de Prurito Crónico, publicada en 2011, se destacan las siguientes recomendaciones que pueden ayudar a prevenir y controlar esta condición, en el caso de que una persona las esté padeciendo:
- Evitar conductas que producen resequedad en la piel: el defecto o exceso de higiene, la aplicación de compresas con alcohol o el ingreso a saunas.
- Evitar el consumo de alimentos picantes, bebidas calientes y grandes cantidades de licor.
- Evitar el contacto con alérgenos como polen, pelo de mascotas, polvo doméstico…, ya que pueden agravar el prurito en pacientes atópicos.
- Evitar el contacto con sustancias irritativas como jabones y perfumes.
- Usar ropa de algodón o de una tela que permita el paso del aire.
- Hacer un correcto lavado de la ropa, verificando que no queden restos de detergente u otros productos que puedan irritar la piel.
- Hidratar todo el cuerpo después del baño.
- Manejar el estrés y la ansiedad con técnicas de relajación o con psicoterapia.