Los secretos detrás de la división en la Segunda Marquetalia de las disidencias

Desde la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno nacional y las extintas Farc, tres disidencias de este grupo armado se han consolidado en el territorio colombiano: la Segunda Marquetalia y dos divisiones del Estado Mayor Central, una comandada por alias Iván Mordisco y otra liderada por alias Calarcá.

En la actualidad, el Estado mantiene negociaciones de paz con dos de estas estructuras, pero el 20 de noviembre surgieron dudas luego de que la Segunda Marquetalia anunciara que se desligaba por completo de su comandante Luciano Marín, conocido a nivel nacional como alias Iván Márquez.

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En un comunicado, los Comandos de Frontera señalaron que el nuevo emisario para los diálogos será José Vicente Lesmes, alias Walter Mendoza, quien asumirá la comandancia de la Segunda Marquetalia. Esto ocurrió después de que el 12 de noviembre alias Iván Márquez declarara que no tenía autorización para ser jefe negociador, lo que habría sido el punto clave para confirmar la división dentro del grupo guerrillero.

A pesar de que los funcionarios del Gobierno nacional no se vieron sorprendidos por este anuncio, a nivel nacional se desconocía la magnitud de las diferencias que existen en la Segunda Marquetalia, que dejará de ser llamada de esa forma cuando inicie el nuevo ciclo de diálogos para desligarse por completo de la figura de alias Iván Márquez.

“La decisión unánime y autónoma es continuar el tránsito por el camino hacia la paz. Nos deslindamos del nombre de la Segunda Marquetalia y en adelante, no utilizaremos esta sigla”, es parte del comunicado expuesto por estas disidencias.

Después de que se confirmó la noticia, El Espectador reveló que, al interior de la cúpula de negociadores del Gobierno nacional, ya se sabía que desde junio existían marcadas diferencias entre los cabecillas del grupo armado, principalmente porque alias Iván Márquez no participaba en las negociaciones ni aprobaba los acuerdos alcanzados.

“En la mesa se pactaban acuerdos, pero Mendoza no tenía la capacidad de cumplirlos porque debía consultar con Márquez. Hasta que, en un punto, se perdió la comunicación y las cosas dejaron de fluir”, afirmó una fuente citada por el medio.

El punto de inflexión para que se confirmara la salida de alias Iván Márquez fue la petición del Gobierno nacional a los representantes de la Segunda Marquetalia en la mesa de negociación, exigiendo demostrar garantías de cumplimiento de los acuerdos para continuar el proceso de paz.

Dos semanas después de este ultimátum, las disidencias emitieron un comunicado en el que dejaron claro su interés en seguir negociando, incluso si eso implicaba la salida de su figura más representativa.

Por último, el medio informó que otro factor de molestia en la Segunda Marquetalia fue la negativa del Gobierno nacional a levantar la orden de captura y extradición contra alias Iván Márquez, a pesar de haber aplicado medidas similares con los cabecillas del Estado Mayor Central y el Clan del Golfo.

La salida del comandante de la Segunda Marquetalia no representa un cambio significativo en los acuerdos pactados entre las partes en los ciclos de diálogo, pero sí en los términos judiciales de la negociación, ya que estos están oficializados para las disidencias lideradas por alias Iván Márquez. De este modo, el Gobierno nacional estaría en la obligación de abrir una nueva mesa de diálogos con los frentes que se desliguen de Márquez, dado que, hasta el momento, las estructuras de la Serranía del Perijá y la Orinoquía no se han pronunciado al respecto.

El panorama podría cambiar en cuanto al interés e impacto que generan las negociaciones a nivel internacional sin alias Iván Márquez, ya que, al ser el representante más destacado de las extintas Farc, su figura generaba mayor interés para algunas naciones que actúan como intermediarias en el diálogo.

“La presencia de ‘Iván Márquez’ era determinante para los países garantes, y eso tiene una influencia grave porque muchos de estos países lo perciben como una figura política que se rearma. La consecuencia para la comunidad internacional puede ser significativa porque se pierde un interlocutor que ya conocían”, afirmó Gerson Arias, investigador de la Fundación Ideas para la Paz, en declaraciones a Colombia+20.