El café colombiano sigue consolidando su posición como uno de los productos insignia del país al alcanzar un nuevo récord en su precio internacional. La libra del grano, cotizada en el mercado de Nueva York, llegó a los 2,95 dólares, marcando un hito histórico. Este aumento también se reflejó en el mercado interno, donde la carga de 125 kilos alcanzó un máximo de 2.595.000 pesos colombianos.
Este incremento en los precios representa un alivio significativo para los caficultores, quienes en los últimos meses enfrentaron múltiples desafíos, desde condiciones climáticas adversas hasta el aumento en los costos de producción. La revalorización del café colombiano responde, en parte, a su reputación como uno de los granos de mayor calidad en el mercado mundial, así como a la disminución de inventarios globales y un crecimiento en la demanda de productos premium.
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Los analistas atribuyen este récord a varios factores. Por un lado, las heladas en Brasil, principal competidor de Colombia en el mercado cafetero, redujeron su oferta. Por otro lado, el aumento en la demanda de cafés diferenciados y orgánicos benefició a los productores colombianos, quienes tradicionalmente lideran este segmento gracias a la calidad de su grano y sus prácticas sostenibles.
Con este incremento, se espera que el sector cafetero, uno de los motores económicos del país, experimente un repunte. La economía de regiones como el Eje Cafetero y Huila podría beneficiarse significativamente, impulsando las inversiones en tecnología agrícola, sostenibilidad y desarrollo rural.
Los números del café
La dinámica del precio del café colombiano generó optimismo como desafíos para el sector cafetero. Germán Bahamón, gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), enfatizó que, aunque el incremento beneficia económicamente a los productores, también plantea retos importantes relacionados con la volatilidad cambiaria. “Nos interesa que no se dispare tanto la tasa de cambio ni que tenga esos altibajos, porque eso no es tan bueno para el caficultor tampoco. Necesitamos una tasa de cambio más estable”, afirmó Bahamón al referirse al impacto que estos movimientos tienen en la estabilidad del sector.
En lo que va del año, el precio de la carga de café experimentó un aumento significativo, pasando de $1.376.000 en enero a $2.570.000, un incremento superior al 82%. Este nuevo valor no solo refleja un máximo histórico, también supera ampliamente el récord previo de $2.530.000 registrado el 24 de agosto de 2022. Esta alza consolida al café como uno de los productos de exportación más importantes para la economía colombiana, aportando ingresos cruciales en medio de un entorno global incierto.
El país, reconocido como el tercer productor mundial de café, logró destacarse en el mercado internacional con cifras positivas. Durante el año cafetero comprendido entre noviembre de 2023 y octubre de 2024, Colombia produjo 12,9 millones de sacos de 60 kilos, marcando el mejor desempeño de los últimos tres años. Paralelamente, las exportaciones crecieron un 17%, alcanzando los 12 millones de sacos enviados al exterior, lo que refleja el posicionamiento del café colombiano en los mercados globales.
Sin embargo, detrás de estos logros también surgen preocupaciones. La volatilidad en la tasa de cambio, aunque permite un dólar más fuerte y mayores ingresos en pesos para los cafeteros, dificulta la planificación a mediano y largo plazo. Las fluctuaciones cambiarias incrementan la incertidumbre en términos de costos operativos y márgenes de ganancia, factores críticos para la sostenibilidad de los pequeños y medianos productores.
La Federación Nacional de Cafeteros señaló que una de sus prioridades será implementar estrategias que permitan estabilizar la tasa de cambio, brindando un entorno más predecible para el sector. Esto resulta fundamental para mantener los beneficios del alza en los precios, al tiempo que garantizar un equilibrio que permita a los caficultores afrontar los retos del mercado global.
En un contexto donde la economía internacional muestra movimientos constantes, el reto de Colombia será aprovechar estos precios históricos mientras busca asegurar una mayor estabilidad para el futuro del sector cafetero, una de las principales columnas de la economía nacional.