El 19 de noviembre la Contraloría publicó una carta dirigida al Andrés Camacho, ministro de Minas y Energía, advirtiendo sobre un inminente desabastecimiento de gas natural en el país.
La carta de la Contraloría hace hincapié en las consecuencias económicas que traería esa escasez. A las advertencias del ente de control se han sumado apreciaciones del voceros del sector, que ya hablan con cifras y estimaciones cuantitativas.
Por ejemplo, desde Corficolombiana se habló de asimetrías entre la demanda nacional y la producción, algo que confirma las observaciones de la Contraloría y llevaría a Colombia a importar gas natural.
Los analistas de Corficolombiana tomaron en consideración las proyecciones establecidas por la Unidad de Planeación Minero Energética, Upme.
De 10% sería la fracción de gas importado que necesitaría Colombia. Este porcentaje, a su vez, representa un aumento del 4,2% en el precio asumido por el consumidor final,, representando un aumento de 0,04% en la inflación.
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Corficolombiana tomó en cuenta posibles escenarios críticos y proyectó las afectaciones en cifras. César Pabón, director de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, le dijo a La República que “si se llega a depender de un 50% del gas importado, las tarifas serían 21% más altas, generando un efecto de 0,2 puntos en la inflación”.
La carta de la Contraloría al ministro Andrés Camacho
El Contralor General de la República, Carlos Hernán Rodríguez Becerra, envió una carta al ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho Morales, advirtiendo sobre riesgos inminentes de desabastecimiento energético en el país. Según un estudio elaborado por la Contraloría, la situación podría desencadenar graves afectaciones económicas y sociales si no se toman medidas correctivas de manera urgente.
En el documento, la Contraloría destaca varios puntos críticos:
- Caída de ingresos para la Nación: La disminución de la producción de hidrocarburos está impactando las regalías e impuestos derivados del sector. Esto podría debilitar las finanzas públicas y reducir la inversión en programas sociales.
- Incremento de costos energéticos: Un eventual desabastecimiento de gas y combustibles obligaría a aumentar las importaciones, encareciendo los precios para los usuarios. Esto podría llevar a mayores subsidios que el Estado difícilmente podría asumir.
- Reducción de inversión extranjera: La falta de nuevos contratos de exploración y explotación en hidrocarburos y carbón desincentiva la llegada de capital extranjero, afectando el crecimiento económico y aumentando las presiones sobre el dólar.
- Déficit en el Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles (FEPC): La dependencia de combustibles importados incrementaría los subsidios, ampliando un déficit acumulado de cerca de 100 billones de pesos en los últimos 15 años.
Impacto social y económico
La advertencia resalta que estos riesgos no solo afectan la estabilidad económica, sino también la calidad de vida de la población. Un encarecimiento de los combustibles podría generar empobrecimiento, mientras que la falta de gas obligaría a muchos hogares a recurrir a fuentes de energía más económicas y contaminantes, como la leña.
Además, la caída de ingresos por regalías comprometería los recursos destinados a mejorar las condiciones de vida de los colombianos. Según la Contraloría, los ingresos actuales por regalías ascienden a 9 billones de pesos anuales, una cifra crucial para sostener las inversiones sociales.
Llamado a la acción
La Contraloría instó al Ministerio de Minas y Energía a adoptar medidas urgentes que reviertan la tendencia de declive en el sector de hidrocarburos. Sin estas acciones, advierte, la seguridad energética del país estará en peligro, lo que podría derivar en racionamientos, aumento del costo de vida y afectaciones en los servicios públicos.
El país enfrenta un momento decisivo en el manejo de su política energética, donde la toma de decisiones oportunas será fundamental para evitar una crisis de gran magnitud.