Las elecciones presidenciales de 2026 son tema de agenda debido a que las precandidaturas ya empezaron a moverse. Por parte de la oposición, representada, sobre todo, por el partido Centro Democrático, hay tres aspirantes que esperan que su colectividad los elija para ser los que competirán contra el candidato o candidata del progresismo (izquierda) en la primera vuelta. Se trata de las senadoras María Fernanda Cabal y Paloma Valencia, así como del senador Miguel Uribe.
En el poco tiempo en el que cada uno dio a conocer su interés por participar en la contienda electoral, ya empezaron a surgir las primeras críticas y cuestionamientos entre copartidarios. Pues, una encuesta realizada por la firma Invamer mostró que Uribe sería el candidato elegido por el Centro Democrático para representar sus intereses en la carrera por la Presidencia. Los resultados generaron escozor en Cabal y Valencia.
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“Queremos manifestar nuestra inconformidad en la publicación de encuestas pagadas con ventajas que están en entredicho cinco días antes del gran foro de precandidatos del Centro Democrático en Barranquilla. Esto es actuar a lo Guanumen”, afirmó la senadora Cabal, haciendo referencia al embajador de Colombia en Chile, Sebastián Guanumen, que fungió como asesor del presidente, Gustavo Petro, y que fue criticado por asegurar que en campaña sería necesario “correr la línea ética”.
Uribe se pronunció al respecto en una entrevista con Infobae Colombia, asegurando que no pagó por la realización de la encuesta y que tampoco fue el responsable de difundirla. “No voy a pelear con compañeros del partido. Aquí lo que está primero es Colombia”, dijo.
Miguel Uribe no sería el candidato del uribismo
No obstante, la sensación de inconformismo persiste. Según explicó la senadora Paloma Valencia, en conversación con María Jimena Duzán en el pódcast A Fondo, el senador y precandidato estaría invirtiendo mucho dinero en mostrarse como el ungido del expresidente Álvaro Uribe, fundador de la colectividad.
“Yo estoy viendo con muchísima preocupación la producción de candidatos, que es usted con un montón de plata y asesores, puede convencer a la gente de cosas que usted no es, que no representan ni lo que usted ha hecho, ni lo que usted significa”, indicó.
Algo parecido habría pasado con el expresidente Juan Manuel Santos, que llegó al cargo en 2010 apoyado por partidos políticos tradicionales de derecha, como el Centro Democrático, y que terminó yendo en contra de los intereses del uribismo. Pues, en 2016, en la mitad de su segundo mandato, logró la firma del Acuerdo de Paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc-EP), a pesar de que la ciudadanía no lo respaldó y tampoco las colectividades que en un inicio impulsaron su llegada a la Presidencia de la República. “Terminó siendo el candidato del uribismo, sin representar las banderas del uribismo”, señaló.
De acuerdo con Valencia, siendo un tiempo temprano para conocer quiénes se enfrentarán en la contienda electoral, todavía no es claro quién podría ser el elegido o la elegida del partido, lo que iría en contra de ciertas especulaciones que han surgido sobre Miguel Uribe, que indican que sería el seleccionado para competir por la Presidencia.
“Ese chisme que, un poco, dicen, salió del propio Miguel Uribe, se ha vuelto muy complicado, porque le genera unas dificultades al partido, que son muy grandes, porque entonces la gente siente que al apoyarlo a uno, entonces está contradiciendo al presidente Uribe, lo cual no es cierto”, explicó.
Pues, según precisó, las encuestas no pueden ser tomadas en cuenta con total certeza en este periodo de precandidaturas, porque dependen de quién las pague. Cuando se acerca la contienda electoral, por el contrario, las mediciones empiecen a tener credibilidad porque convergen. “Yo estoy completamente segura de que no va a ser Miguel Uribe, completamente segura (...). Yo no creo que Miguel vaya a ser candidato del Centro Democrático, así se gaste millones de dólares”, añadió.
Su postura está basada en que, al parecer, el precandidato no ha estado en ninguna de las “adversidades” que ha tenido que afrontar el partido político. Lo que pesa, entonces, no es la capacidad económica de los contendientes, sino la ideología. Y, aunque Uribe sea receptivo a las posturas de la colectividad, no ha estado presente en momentos decisivos.