La muerte de la Gorda Fabiola en septiembre de 2024 dejó consternado a todo el país, que se acostumbró a sus apariciones durante años en Sábados Felices, sacando sonrisas a los colombianos y trascendiendo generaciones con sus chistes y sus apariciones en los distintos sketches del programa de Caracol Televisión.
A dos meses de su fallecimiento, su esposo y también comediante, Nelson Polanía, conocido en el medio como ‘Polilla’, así como su hijo, David Polanía se transformaron en figuras seguidas en redes sociales mientras comparten algunas reflexiones sobre lo que dejó la partida de la Gorda, sumado a las entrevistas que concedieron desde entonces abordando desde su proceso de duelo, hasta los desafíos emocionales que enfrentaron durante estas semanas.
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David es uno de los más activos sobre este tema, y en su cuenta de Instagram hizo una sentida publicación en la que abordó la dificultad de “dejar ir” en el proceso del duelo, mucho más cuando se trata de una figura tan cercana como su mamá. Acompañando una foto a blanco y negro donde le da un cariñoso beso a la cuentachistes, el joven escribió:
“Dicen que uno de los actos de amor más grandes es “soltar, dejar ir”; pero nadie habla de lo complejo que es hacerlo. Un amor que perduró casi una vida entera no es fácil de soltar, menos cuando el día a día estaba lleno de sus carcajadas, aromas, sabores y esencia. Me atrevería a decir que, en esta situación, es muy fácil caer en la negación. Sin embargo, la realidad impacta al sentir su vacío físico del día a día, faltar aquel cuerpo que luzca sus prendas y/o contemplar el altar acompañado de un cofre caoba donde restan sus cenizas. Ese el golpe más doloroso del mundo”, colocó en el pie de foto.
En el texto, el hijo de la Gorda Fabiola aseguró que estaba frente a un dilema. Explicó que veía dos posibles caminos para lo que seguía en su proceso de duelo, pero a pesar de reconocer que ambos eran lamentables, añadió que formaban parte de un proceso diferente, uno de reconstrucción, en el que ahora intentaba guiarse por lo que consideraba como lo mejor para él.
“Aquí surge un dilema: seguir lamentando el fallecimiento del ser amado, o empezar a soltar. Sinceramente, ambas decisiones muy dolorosas: la primera implica revivir emociones fuertes y desencadenar culpas y traumas; la segunda implica aceptación y una reconstrucción de la vida entera (ahora sin aquello que se dejó ir). La decisión tomada varía de acuerdo a los procesos personales de cada quien, no hay límite de tiempo aquí. En mi caso particular, tomó dos meses empezar a aceptar y reconstruir mis planes de vida, ahora sin mi mamá en este plano, una elección que ha costado largas reflexiones, lágrimas y mucha verraquera. Pese a todo, ha sido lo que he encontrado más apropiado para mí”, apuntó.
Sobre su situación actual, el hijo de la Gorda reconoció que no atraviesa su mejor momento a nivel personal, pero a la vez afirmó sentirse con la suficiente tranquilidad para abordar esta fase del duelo. “Mentiría si digo que ahora en mi presente todo está color de rosa, pues reconozco que mi proceso continuará: aún hay asuntos por trabajar. Sin embargo, una sensación de tranquilidad ha estado presente en mi ser y he podido, progresivamente, reanudar proyectos en mi vida, ahora con mayor inspiración. Todo esto producto de una decisión tomada a mi tiempo”, agregó.
Para terminar, David le dedicó unas palabras a su mamá asegurando que no la olvidaría jamás, pero que el dilema al que se enfrentaba era parte del proceso para seguir adelante.
“Así pues, empezar a “dejar ir” no es sinónimo de olvidar, menos dejar de lado una vida entera con aquel amor. Empezar a soltar es uno de los actos de amor más grandes que existe, tanto para sí mism@ como para el ser de se fue. PD: Mamita, te amaré eternamente. Espero estés orgullosa de lo que progresivamente empezaré a hacer/a ser”, concluyó.