El pollo en salsa de champiñones es una preparación sencilla, deliciosa y perfecta para disfrutar en familia o como una opción elegante para un almuerzo o cena especial.
Este plato combina la suavidad de las pechugas de pollo con la cremosidad de una salsa hecha a base de champiñones frescos, ajo, cebolla y crema de leche. Acompañado de arroz, puré de papas o vegetales salteados, se convierte en una opción versátil que gusta a todos.
Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.
Ingredientes
Para esta receta, los ingredientes básicos son los siguientes:
- 4 pechugas de pollo, limpias y sin piel
- Sal y pimienta al gusto
- 2 cucharadas de aceite de oliva o mantequilla
- 1 taza de champiñones frescos, cortados en láminas
- 1 diente de ajo finamente picado
- ½ cebolla blanca, finamente picada
- 1 taza de crema de leche o nata
- ½ taza de caldo de pollo (opcional)
- 1 cucharada de perejil fresco picado (para decorar)
Instrucciones paso a paso
- Preparar el pollo: comience sazonando las pechugas de pollo con sal y pimienta al gusto. Esta sazón inicial es clave para darles buen sabor y permitir que la carne se impregne de los condimentos.
- Dorar el pollo: en una sartén grande, caliente el aceite de oliva o mantequilla a fuego medio. Agregue las pechugas de pollo y cocínelas por unos 4-5 minutos de cada lado, o hasta que estén doradas y cocidas en su totalidad. Retírelas de la sartén y resérvelas en un plato. Es importante dorar bien el pollo, ya que esto contribuye al sabor final del plato y a la textura jugosa de la carne.
- Sofreír los vegetales: en la misma sartén, añada un poco más de aceite de oliva o mantequilla si es necesario y reduzca el fuego a medio-bajo. Agregue el ajo y la cebolla picada y sofría hasta que estén tiernos y fragantes, lo cual tomará aproximadamente 2-3 minutos. Esta base de ajo y cebolla dará profundidad al sabor de la salsa.
- Añadir los champiñones: incorpore los champiñones laminados a la sartén y cocine, removiendo ocasionalmente, hasta que se reduzcan y tomen un tono dorado, por unos 5 minutos. Los champiñones soltarán su jugo y añadirán una textura rica a la salsa.
- Preparar la salsa de champiñones: una vez que los champiñones estén bien dorados, añada la crema de leche y, si se desea, el caldo de pollo para darle un toque más ligero y fluido a la salsa. Mezcle bien y deje que la salsa hierva suavemente a fuego bajo, removiendo de vez en cuando. Deje cocinar la salsa durante unos 5-7 minutos o hasta que espese ligeramente. Este tiempo permite que los sabores se mezclen y que la salsa tome consistencia sin evaporarse demasiado.
- Incorporar el pollo a la salsa: coloque las pechugas de pollo doradas nuevamente en la sartén, sumergiéndolas en la salsa de champiñones para que se impregnen bien. Deje que el pollo se caliente en la salsa durante unos 3-4 minutos. De esta forma, el pollo absorbe los sabores de la salsa, logrando una textura tierna y jugosa.
- Servir y decorar: retire el pollo en salsa de champiñones del fuego y sírvalo caliente. Puede decorarlo con un poco de perejil fresco picado para darle un toque de color y frescura.
Consejos y acompañamientos
- Acompañamientos: este plato de pollo en salsa de champiñones se disfruta perfectamente con un arroz blanco, puré de papas o pasta. Los vegetales salteados también son una excelente opción para equilibrar la cremosidad de la salsa.
- Variante de vino blanco: para darle un toque extra de sabor, se puede añadir un chorrito de vino blanco seco junto con los champiñones antes de añadir la crema. Esto aporta un sabor más complejo y elegante a la salsa.
- Espesando la salsa: si se desea una salsa más espesa, se puede añadir una cucharadita de maicena disuelta en una pequeña cantidad de agua antes de incorporar el pollo nuevamente a la sartén.
Valor Nutricional (aproximado por porción)
- Calorías: 320
- Proteínas: 30 g
- Grasas: 20 g
- Carbohidratos: 4 g
- Grasas saturadas: 9 g
- Azúcares: 2 g
Este plato puede conservarse en el refrigerador por hasta 3 días, almacenado en un recipiente hermético. Al recalentar, se recomienda hacerlo a fuego bajo o en el microondas para que el pollo no pierda su textura jugosa.