Este es el casi desconocido islote en San Andrés ideal para descansar como en las Maldivas: playas blancas, palmeras y aguas cristalinas

Este destino turístico poco conocido en el Caribe colombiano es una joyas por sus playas blancas y aguas cristalinas

El islote Córdoba, o Haynes Cay, es conocido por sus aguas cristalinas y sereno entorno - crédito @adolfo_mauro y Kramelo.travel/Instagram

El archipiélago de San Andrés y Providencia es uno de los destinos favoritos de los colombianos a la hora de tomar unas vacaciones de playa.

De hecho, si de algo hay orgullo nacional es de contar allí con playas que compiten con las más hermosas del mundo, por sus arenas blanca, aguas cristalinas con suelo de colores por el rico ecosistema coralino, cielos azules, palmeras y paraíso tropical y, desde luego, un infinito, pero tranquilo Caribe.

La isla de San Andrés, en especial, es apetecida por su oferta turística que tiene hoteles de todas las categorías.

También por la cultura de los raizales que hablan inglés con variaciones del creole, en algunos casos, y por la arquitectura antillana que también se puede ver en la infraestructura local. Pero también por algunas islas pequeñas y cayos que están alrededor, como Rocky Cay o Johnny Cay.

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Pero hay más espacios que no son la prioridad de las agencias de viaje a la hora de comunicar los planes de viaje a San Andrés.

Incluso, islotes que, aunque no son inexplorados, son menos comerciales, pero aún más atractivos para los que buscan descanso a la hora de la temporada de cierre de año.

El islote Córdoba, también conocido como Haynes Cay, es uno de ellos. Es un destino poco conocido del archipiélago que ofrece un refugio de tranquilidad y belleza natural.

Está situado a poca distancia de la costa de San Andrés y se destaca por sus aguas cristalinas y su entorno sereno, lo que lo convierte en un lugar ideal para quienes buscan escapar del bullicio turístico, según también se publicó un artículo turístico de Las2Orillas.

El islote es accesible mediante un breve viaje en bote que sale del muelle Portofino de San Andrés, y está a 1.5 kilómetros. Sin ir más lejos, a solo 100 metros de distancia se encuentra El Acuario, que es la zona en la que, como si se tratara de los atolones de Las Maldivas en el océano índico, los visitantes pueden caminar entre las islas con el agua hasta la cintura.

En el islote, los visitantes pueden relajarse bajo la sombra de grandes palmeras o explorar la vida silvestre local, que incluye lagartos azules (especie endémica) y grandes iguanas.

El lagarto azul, una especie endémica en Colombia, también está en Haynes Cat - crédito Instituto Humboldt

Haynes Cay

Es una opción menos concurrida que otros puntos del archipiélago y más económica, aunque está más lejos que otros cayos cercanos a la isla, según indicó el portal web de Playas de Colombia.

Las descripciones de los sitios indican que allí hay playas en las que “puedes apreciar «el mar de los 7 colores». Verás desde el azul profundo hasta el verde aguamarina translucido. Este efecto se debe a los arrecifes de coral que hay en la zona de la isla”, como se leyó en el sitio mencionado.

Se indica también que el clima es cálido tropical, que oscila en los 27 grados centígrados, estable durante el año y que es un lugar en el que “corren brisas frescas durante todo el año”.

Haynes Cay es una isla deshabitada, pero es un lugar propicio para el descanso - crédito @Kramelo.travel/Instagram

La gastronomía del archipiélago es otro de sus atractivos, con platos basados en pescado fresco como el pargo rojo, el caracol y la langosta, acompañados de ingredientes locales como coco, plátano y yuca. El plato más tradicional es el sanandresano “rondón”, una cazuela que combina pescado y caracol cocidos en leche de coco, junto con yuca, ñame y dumplings de harina de trigo.

Los blogs turísticos informan que allí, aunque es un espacio muy pequeño, hay áreas para estar en familia.

“Hay áreas para hacer picnic y zonas de descanso con sombrillas y sillas. Muchos optan por visitar este lugar y llevar a sus hijos y familia. Gracias a su baja profundidad, los padres no tendrán tanta preocupación ya que este islote es como una gran piscina para niños”, se leyó en el blog consultado. Una reseña que apareció en San Andrés Travel expresó que “Allí, al mirar hacia los lados, las personas sienten que están en mar abierto mientras avanzan hacia Haynes Cay”.