En una revelación que dejó atónitos a los oyentes, Valentino Lázaro, creador de contenido y reciente nominado a La casa de los famosos 2 Colombia, compartió detalles en el programa XYZ Generaciones en la ciudad, de RCN Radio, de su pasado y la profesión que tuvo durante un tiempo.
Durante la emisión, que estuvo centrada en el tema del trabajo sexual, Valentino se refirió a una etapa de su vida poco conocida, incluso, aseguró que su mamá no tenía conocimiento.
El influencer comenzó su intervención con una declaración contundente: “Fui puta porque quise”, palabras que captaron inmediatamente la atención de los presentadores Sergio Barbosa, Felipe Torres (Mr. Spoiler) y Lina Pérez, así como de la audiencia.
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Valentino explicó que después de la muerte de su padre, decidió tomar las riendas de su vida porque cuando el señor vivía lo tenía todo y estudiaba en los mejores colegios, pero quiso darse la oportunidad de conocer el mundo y conseguir sus cosas por su propio mérito.
A pesar de provenir de una familia que le brindó una educación privilegiada —él y sus hermanos estudiaron en la Universidad de los Andes—, la pérdida de su padre lo llevó a replantearse su futuro. “Decidí que quería conseguir mis cosas por mí mismo”, explicó.
Este deseo de independencia lo impulsó a mudarse a Miami junto a un grupo de amigos, uno de los cuales trabajaba administrando una página de servicios íntimos. Fue en este contexto donde Valentino inició su experiencia como escort (una persona a la que le pagan por su compañía). Esto quiere decir que al actual influencer le pagaban por asistir a eventos sociales junto a quien lo contratara o a cualquier actividad que este lo requiera.
“Me pagaban por sexo, yo fui escort. Mira, mi padre murió y mi padre nos daba todo, todos estudiábamos en Los Andes, nos pagaba el apartamento, nos pagaba la comida, nos daba plata, todo. Cuando él se murió yo dije: ‘Yo quiero hacer las cosas por mí mismo, por primera vez en mi vida’. Y no, ella no vendió zapatos, ella se fue de puta”, empezó contando Valentino Lázaro.
Aunque al principio el camino parecía incierto, Valentino afirmó que siempre fue una decisión consciente y reflexionada. Lejos de victimizarse o arrepentirse de esta etapa de su vida, destacó que el trabajo le dejó aprendizajes importantes.
“Yo dije: ‘¿Qué voy a ser? Voy a ser puta’. Yo me fui para Miami con unos amigos a parchar y mi amigo tenía una página en donde tú ponías tus fotos y te escribían manes y tú ponías el precio. En esa época, te estoy hablando hace más de seis años, eran como un millón quinientos por media horita, así que 400 dólares, 500 dólares y yo de una”, reveló el creador de contenido.
Según su relato, en cada encuentro le pagan al menos $1.500.000, por su compañía en eventos y por sostener relaciones íntimas con algunos hombres. Sin embargo, esa también fue una oportunidad para conocer historias y perspectivas que lo enriquecieron personal y emocionalmente.
“Muchos clientes de todo tipo, hasta un pastor de una iglesia, todo tipo de gente, todo tipo de personas. Aprendí mucho, conecté con mucha gente, aunque les parezca irónico lo que les estoy diciendo. Me gustó la experiencia”, expresó Valentino.
Valentino también explicó que su labor en ese momento era privilegiada porque era un tipo de “prostituta privilegiada” debido a que podía elegir con quién quisiera estar y el valor que le iban a pagar.
“Va a sonar feo, pero yo hablo desde el privilegio, porque era un tipo de prostitución en la que era una página web en la que yo elegía con quién quería estar y pagaban en dólares. Es muy diferente a otro tipo de prostituciones, que no tengo nada en contra de esas, pero me imagino que mucha gente va a decir: ‘Ese man tan payaso hablando de que fue prostituta cuando no vivió la calle’. Pero estoy cotando mi experiencia, así fue y fui puta porque quise”, confirmó Lázaro en la entrevista.
La confesión del creador de contenido no solo generó sorpresa, sino también un intenso debate en redes sociales.
Mientras algunos usuarios aplaudieron su valentía al compartir una experiencia tan íntima, otros cuestionaron las implicaciones éticas y sociales de su relato, así como también la veracidad de la historia, pues varios creyeron que era una historia inventada para llamar la atención del público.