Tener a la vista sus objetos personales a la hora del almuerzo podría evitar que los ladrones de bolsos terminen causándole una deuda millonaria.
Así lo denunció en entrevista para el matutino de Arriba Bogotá una víctima reciente de hurto, en el sector de Avenida Chile, localidad de Chapinero, luego de que dos mujeres se hicieran pasar por clientas del restaurante en el que almorzaba junto a una amiga para llevarse su bolso.
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“Mencionaron que estaban esperando a otros compañeros de su oficina, se acercaron a la mesa en la que yo me encontraba almorzando junto a una amiga y se llevaron mi bolso”.
Para despistar al personal del lugar y a los comensales, actuaron como si estuvieran esperando a otros trabajadores del sector, mientras buscaban la manera de acercarse al bolso y, finalmente, tomarlo para darse a la fuga.
“Tenía todos los documentos, mis tarjetas de crédito y tan pronto como lo tuvieron en las manos salieron del restaurante. Afuera las estaba esperando un vehículo y apenas se subieron empezaron a hacer transacciones. Se llevaron bastante de las tarjetas”.
Las transacciones empezaron con una serie de compras en ferretería, pero por los movimientos de la tarjeta, autoridades de Policía sugieren que podría tratarse de una coartada para trabajar desde el vehículo en el que escaparon, antes de que el robo fuera reportado.
“Ellas van acercando el bolso hasta donde están, con el pie, y en un momento dado se agachan, lo recogen y salen del local. Las transacciones se empezaron a hacer en un lugar que se llama lubifierros, así quedó registrado en el historial de transacciones, pero según tenemos entendido, el datáfono se encontraba al interior del vehículo de escape”, lamentó la víctima que, por seguridad, decidió mantener en secreto su identidad.
Bogotanos advierten sobre nueva modalidad para el hurto de tarjetas de crédito que estaría cobrando fuerza en la ciudad:
La modalidad de estafa que involucra el cambio de tarjetas de crédito sigue sumando víctimas, según advirtió en redes una mujer de acento paisa que compartió su experiencia para alertar sobre el fraude. La estrategia, relató, inicia con una llamada telefónica en la que los estafadores, haciéndose pasar por representantes de un banco, ofrecen una “renovación sin costo” del plástico y prometen entregarla a domicilio, lo cual resulta tentador para muchas personas.
Una vez la víctima acepta, un supuesto domiciliario, a veces identificado como trabajador de empresas de mensajería como Domesa, se presenta en el lugar indicado. El falso repartidor solicita la tarjeta “vieja” con la excusa de destruirla y, en algunos casos, llega incluso a hacer este procedimiento frente a la víctima, para evitar cualquier sospecha. Sin embargo, después de la retirada del estafador, los criminales rearman la tarjeta para acceder a sus datos y realizar compras antes de que el verdadero titular detecte la pérdida.
En su relato, la denunciante detalló que el supuesto representante bancario se presentó como personal de Davivienda y le indicó que requería verificar su identidad con la cédula y la tarjeta. La mujer, sin embargo, sospechó cuando su tío, quien trabaja en mensajería, le aclaró que esa empresa no tiene convenio con bancos para ese tipo de trámites. Al confrontar al supuesto repartidor y advertirle que llamaría al banco para confirmar el procedimiento, el hombre huyó de inmediato, abandonando el paquete con una tarjeta falsa y un comprobante en la portería.
Las reacciones a la denuncia en redes han revelado que esta modalidad de fraude no solo afecta a clientes de Davivienda, sino también a usuarios de Banco Falabella, Colpatria y Bancolombia, quienes comentaron haber sido blanco de intentos de estafa similares.
“Es muy fácil identificar quién es responsable por el robo. La bolsa está numerada y con ese dato se le hace seguimiento a quien la compró”, “A mí me pasó algo similar hace unos años con Colpatria, sumado a que el mensajero traía unas letras en blanco que debía firmar. Al preguntarle por qué y mostrarle la cámara del edificio salió corriendo”, “Me pasó algo similar con Bancolombia. El mensajero me dijo que traía unos documentos que debía firmar y cuando le dije que debía llamar al banco para confirmar, salió con la excusa de que tenía afán por hacer sus otras entregas”, denunciaron otras víctimas tras conocerse la denuncia.