Durante la cumbre del G20 llevada a cabo en Brasil, el presidente de Colombia, Gustavo Petro Urrego, dejó en claro ante los medios de comunicación que la situación de Venezuela no formaría parte de las discusiones. Su declaración surgió en respuesta a las preguntas de varios periodistas, que indagaron sobre su posición al respecto, en un encuentro que reunió a líderes globales, con especial énfasis en las figuras representativas de Latinoamérica.
La participación de Petro en el G20 se centró en resaltar la importancia de una cooperación internacional efectiva para enfrentar los retos de la región, como la desigualdad económica y la crisis climática, temas que considera fundamentales para el desarrollo de América Latina.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
“Aquí no hablamos de Venezuela”, enfatizó el mandatario en respuesta a la periodista Adriana Núñez Rabascall, de La Gran Aldea, que le preguntó sobre una posible mediación conjunta con el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva tras las elecciones presidenciales en Venezuela, el 28 de julio
La declaración de Petro se produjo en un contexto en el que los líderes de la región, incluidos los presidentes de Brasil, México, y Chile, se reunieron para discutir estrategias de integración regional y fortalecer una agenda conjunta para América Latina; sin embargo, el tema venezolano quedó fuera de las conversaciones oficiales, lo que marcó un contraste con el historial de mediación y declaraciones del Gobierno colombiano respecto a la nación vecina.
Por su parte, el canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, reforzó la postura de Petro al declarar que el tema de Venezuela no formó parte de las discusiones del encuentro: “No hemos tocado el tema de Venezuela. La verdad, hemos estado más focalizados en los asuntos regionales y globales, asociados a la agenda del G20, que incluyen la lucha contra el hambre y la pobreza”.
Relaciones entre Colombia y Venezuela: un vínculo complejo
La relación entre Colombia y Venezuela ha transitado por etapas de moderación y tensión desde la llegada de Petro al poder en 2022. El restablecimiento de relaciones diplomáticas tras años de ruptura marcó un punto de partida para la cooperación, con encuentros oficiales entre Petro y el dictador Nicolás Maduro que incluyeron acuerdos bilaterales sobre comercio, fronteras y seguridad.
Sin embargo, este vínculo también es testigo de críticas y desacuerdos. Petro ha pedido en repetidas ocasiones que Venezuela retome su participación en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, mientras que el líder del régimen venezolano ofreció su respaldo a las negociaciones de paz entre el Gobierno colombiano y grupos guerrilleros.
Las elecciones presidenciales venezolanas del 28 de julio de 2024 acentuaron las diferencias entre ambos líderes. Petro calificó de “golpe antidemocrático” la inhabilitación de la líder opositora María Corina Machado, un tema que ha tensado aún más las relaciones.
Desde la proclamación de Nicolás Maduro como ganador en las elecciones presidenciales, Petro optó por una postura crítica, exigiendo la publicación de resultados desagregados para garantizar transparencia en el proceso. Hasta la fecha, esta solicitud no es atendida, lo que amplió el distanciamiento entre ambas administraciones.
Aunque Maduro intentó restar importancia a las diferencias, señalando que estas no deben interferir en la relación histórica entre los países, el escenario político ha complicado las posibilidades de una mediación efectiva por parte de Colombia en la crisis venezolana.
La declaración de Petro durante la cumbre del G20 no solo refuerza su enfoque en temas de desarrollo global, sino que también mostró la decisión de Colombia de priorizar agendas multilaterales sobre conflictos de Venezuela, puesto que no se puede decir lo mismo de otros países que él si tomó una postura pública y abierta.