Lo que comenzó como un chiste, terminó como una revelación de la migrante colombiana en España y creadora de contenido Tatiana Barreto, conocida en redes como ‘rola en Madrid’, para sus más de quinientos mil suscriptores.
Mientras paseaba por las calles de la capital española de la mano de su pareja, se encontró con una muñeca “en perfecto estado” que había sido desechada y pensó en llevarla consigo, para darle un segundo uso.
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Junto a la descripción: “Costumbres colombianas que no se pierden ni en el extranjero”, sintió la necesidad de dramatizar los momentos en los que le habría hecho “pasar vergüenza” a su esposo al querer quedarse con objetos que se encuentra en la basura.
Y agregó: “Tengo que confesarles que fue una historia real, el español no me dejó llevar la muñeca. Esto fue real! Esa muñeca está ahí y es que aquí botan cosas buenecitas”.
Su video reabrió un debate sobre el tiempo útil de algunos objetos y como utilizarlos hasta que cumplan con su propósito, entendiendo “que hay unas tentaciones en la calle, veci, que imposible no cogerlas”.
Seguidores de la rola en Madrid fueron sumándose con sus testimonios a la conversación generada por el video y es que los juguetes son solo el inicio, pues, han llegado a encontrarse con muebles e, incluso, dispositivos electrónicos:
“Yo soy española y mi marido cubano es el que no me deja llevarme todo lo que me encuentro”, “Yo no voy a criticar porque un día me agarré un Pikachu que dejaron en la banca de un parque y aún lo tengo de adorno junto a la play”, “Si yo estuviera en el extranjero, recogería todo lo que me encuentre en buen estado”, “Costumbres sudamericanas. Mi marido dice que conmigo pasa verguenza”, “En Berlín recogí un tocador nuevo. Tenía una nota que decía: si lo quieres, tómalo. Y hace poco me encontré con un robot de cocina”.
Otro migrante realizó el mismo experimento, aunque en una de las ciudades con mayor número de millonarios en el mundo
En Küsnacht, una localidad suiza conocida por su alta concentración de millonarios, el creador de contenido paisa Daniel Giraldo, conocido como El Dane, decidió investigar el popular dicho “la basura de unos es el tesoro de otros”. Según explicó, el rumor de que en Suiza las personas desechan dispositivos electrónicos y otros artículos de alta gama en perfecto estado lo llevó a dedicar un día de sus vacaciones a recorrer las calles de esta ciudad cercana a Zúrich.
Sin la intención de quedarse con lo que encontrara, El Dane buscaba principalmente confirmar o desmentir el mito. Así, recorrió cada calle, observando con detenimiento lo que las personas dejaban en los contenedores. “Esta localidad está a las afueras de Zúrich y también es famosa porque tiene varios asilos que cuidan a adultos mayores, ya que la edad promedio supera los 46 años”, explicó durante el recorrido.
Su sorpresa inicial llegó cuando encontró en el primer contenedor tapetes, maletas de viaje y ropa en perfecto estado, incluso con etiquetas. “Toda la ropa que ustedes ven aquí, en esta bolsa, tiene etiqueta, toda esta ropa está nueva”, comentó en uno de sus videos, asombrado al hallar artículos “mejores que la ropa que traemos puesta”. Además, descubrió una cafetera y una plancha apenas usadas, todas con un letrero de “gratis”, disponible para quien quisiera llevárselas.
Durante su recorrido, El Dane observó cómo en Suiza se organiza cuidadosamente la basura: los objetos desechados no estaban dentro de los contenedores, sino sobre una plataforma contigua. Esto facilitaba que otros pudieran recoger lo que necesitaran. A pesar de los hallazgos, decidió dejar la mayoría de los artículos para que alguien más los aprovechara.
Más adelante, al no encontrar objetos adicionales, decidió tomar un taxi para abarcar una mayor área, subiendo hacia las zonas montañosas. Sin embargo, según relató, en las áreas de apartamentos lujosos los contenedores no estaban accesibles o se ubicaban en zonas privadas. Así, al revisar la basura al aire libre, sus expectativas iniciales no se cumplieron completamente: “No hubo algo así como un televisor plasma. Realmente no se ven muchas cosas de valor”, explicó, refiriéndose a los objetos que la gente deja intencionalmente al exterior para que otros los usen.
El Dane concluyó que en Suiza no encontró “tantas cosas como esperaba” y que las expectativas de sus seguidores, quienes le aseguraban que allí se desechan muchos objetos valiosos, fueron algo exageradas. “Me imagino que a la hora de desechar cosas de valor lo hacen de otra manera”, señaló finalmente.