Sigue la incertidumbre acerca de lo que el Gobierno nacional sabe sobre la compra del programa espía de origen israelí Pegasus que, según el presidente Gustavo Petro, fue comprado mientras su antecesor Iván Duque se encontraba dirigiendo el país.
Y es que la confirmación de la inversión del gobierno de Estados Unidos para la compra del software espía ha generado un mar de críticas contra el Gobierno nacional, pues el presidente acusó a Duque, incluso, de la utilización de fondos ilícitos para traer el programa de interceptaciones al país.
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Pero en la mañana de este domingo 17 de noviembre se conocieron nuevos detalles del caso, que ahora ha desatado un “éxodo” masivo de funcionarios de la Dirección Nacional de Inteligencia, según una reciente investigación de El Colombiano.
La situación se ha complicado debido a las diferentes versiones sobre la compra del software, lo que ha generado desconfianza y divisiones dentro de la entidad. De hecho, fuentes enteradas de la DNI aseguraron al medio nacional que la inteligencia colombiana ya conocía la financiación estadounidense antes de que el presidente Gustavo Petro lo anunciara públicamente el 4 de septiembre.
Sin embargo, la funcionaria de la entidad, que prefirió ocultar su nombre por razones de seguridad, aseguró al medio nacional que el jefe de Estado, Gustavo Petro, no estaba enterado de la situación debido a una clase de “burbuja” que se creó en las instituciones de inteligencia nacional para no “ocasionarle problemas al presidente”.
El software Pegasus, conocido por su capacidad para infiltrarse en teléfonos móviles sin ser detectado, ha sido objeto de críticas en varios países desde 2018. En 2021, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, incluyó a NSO Group, la empresa detrás de Pegasus, en una lista negra.
La controversia ha desatado un fuerte conflicto interno en la DNI, protagonizada por exmiembros del M-19 y cercanos al presidente Petro. Incluso, esta disputa ha alcanzado a las altas esferas del Gobierno como la Casa de Nariño y la Unidad Nacional de Protección (UNP).
De hecho, Jorge Lemus Montañez, actual director de la DNI y exmiembro del extinto grupo guerrillero, ha sido una figura central en esta crisis, respaldado por Augusto Rodríguez, director de la UNP y aliado de Petro.
En un reciente debate en el Senado, Lemus ofreció declaraciones contradictorias sobre la adquisición de Pegasus, lo que generó malestar tanto en la presidencia de la República como en la propia Dirección Nacional de Inteligencia, después de que las declaraciones fueran vistas como una desautorización de lo revelado por el presidente Petro, aumentando la tensión en el sector de defensa y la Dirección de Inteligencia Policial (Dipol).
La salida de funcionarios como Mauricio Ospina, exdirector de Inteligencia, y Zamira González, asesora jurídica, ha sido parte de una especie de purga interna en la DNI. Ospina, hermano del exalcalde de Cali Jorge Iván Ospina, afirmó que su renuncia fue solicitada por Lemus debido a celos profesionales.
“Yo hablé con el presidente porque estaba esperando unas directrices. Pasó el tiempo y nunca me dieron las directrices y hablé directamente con el presidente. Eso le causó a él (Lemus) un gran celo y me pidió la renuncia. Esa es la verdad”, señaló el exdirector de Inteligencia a El Colombiano.
Por su parte, González explicó que su salida se debió a la reorganización del equipo de trabajo por parte de Lemus. “Mi cargo era un cargo de confianza y de libre nombramiento y remoción, el director (Lemus) empezó a armar su equipo una vez ratifican por segunda vez su encargo y yo presento la renuncia, que me es aceptada. Yo salí porque el director estaba organizando su equipo de trabajo, y es apenas natural, más cuando yo era el asesor más alto del despacho del director. Carlos Ramón nada tiene que ver con las salidas de la entidad”, comentó la exasesora al medio nacional.
La situación se agrava con la falta de confianza en la DNI, donde se ha intentado crear una dirección de contrainteligencia para evitar conflictos internos. Sin embargo, estos esfuerzos no han prosperado, y la desconfianza persiste. Además, las filtraciones sobre Pegasus publicadas por la Revista Raya en RTVC han sido atribuidas a la DNI, lo que ha generado más sospechas.