La temporada de fin de año es un momento ideal para inculcar en los niños el hábito del ahorro. En un mundo y en una época en que el consumo y los gastos son tan visibles, enseñar a los más jóvenes a priorizar el ahorro y destinar parte de sus ingresos a objetivos como invertir en un certificado de depósito a término (CDT), puede hacer una gran diferencia en su vida futura.
“Esta época es clave, ya que muchos reciben dinero como parte de regalos o mesadas navideñas. Así pueden entender el valor del ahorro desde pequeños y cómo esto les beneficiará a lo largo del tiempo”, afirmó el CTO (director de tecnología) y cofundador de MejorCDT, David Susa.
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Inculcar una cultura de ahorro desde la infancia tiene un impacto significativo. Según el experto, ahorrar desde temprana edad ayuda a los niños a comprender la importancia de destinar una parte de sus ingresos a un fondo para el futuro. Incluso, un ahorro pequeño y constante, como $50.000 al mes, podría crecer de manera exponencial a lo largo de los años debido al interés compuesto, lo que resulta en una suma considerable para sus proyectos futuros.
Los CDT como herramienta de inversión para menores
Un CDT es una inversión ideal para el ahorro a largo plazo, ya que ofrece rentabilidad fija y protege el dinero contra la inflación, y aumenta de valor con el tiempo. Tal como señaló Susa, lo tradicional eran las “alcancías”, pero, aunque son muy prácticas para enseñar e inculcar el hábito, el dinero pierde valor en el tiempo por la inflación. En cambio, un CDT no solo protege el dinero, también lo hace crecer mediante intereses, enseñando a los niños el valor del ahorro y cómo la inversión puede ayudarlos a alcanzar sus metas.
Al respecto explicó que, aunque un menor de edad no puede abrir un producto de manera directa, sí puede hacerlo bajo el nombre de un representante legal. “Esto significa que el CDT no será solo del menor, también estará a nombre del apoderado, quien generalmente es uno de los padres o un tutor legal autorizado. En Colombia, no es necesario que el apoderado sea un familiar directo, pero sí debe tener la custodia o autorización legal para representar al menor en temas financieros”, anotó.
De igual forma, precisó que cuando el niño cumpla 18 años, podrá decidir si quiere asumir la titularidad del CDT. Esta transición fomenta una cultura de responsabilidad y continuidad financiera, enseñando a los jóvenes la importancia de preservar y hacer crecer su capital para evitar la pérdida del patrimonio familiar.
Cómo es posible evitar la pérdida de fortunas familiares con la educación financiera
La pérdida de fortunas familiares a lo largo de las generaciones es un fenómeno común y suele deberse a cambios en la mentalidad y en la gestión del patrimonio. Las primeras generaciones suelen enfocarse en la creación de riqueza, mientras que las siguientes, al crecer en un ambiente de comodidad, pueden adoptar un enfoque más orientado al consumo que a la preservación.
A medida que las familias crecen y los activos se dispersan, administrar el patrimonio de manera efectiva y profesional se vuelve cada vez más complejo, reduciendo los beneficios de escala.
Para mantener la continuidad del patrimonio familiar, es fundamental promover una cultura de custodia, donde cada generación se vea como administradora de los recursos para las generaciones futuras. Esto requiere establecer estructuras y hábitos financieros sólidos que minimicen riesgos y aseguren una visión a largo plazo.
“Involucrar a los niños en prácticas de ahorro y gestión del dinero desde temprana edad, como a través de un CDT, es una herramienta efectiva para preservar el patrimonio y evitar que se diluya a lo largo del tiempo”, resaltó Susa.
Pasos sencillos para abrir un CDT en familia
Para abrir un CDT para un menor de edad, los padres o representantes legales deben ser los cotitulares de la cuenta. El proceso de apertura en MejorCDT es rápido y sencillo, lo que permite que los padres involucren a sus hijos en cada paso, desde el llenado de formularios hasta el seguimiento del crecimiento del ahorro. Esta participación ayuda a que los niños comprendan el valor de conservar y hacer crecer su propio patrimonio.