Bocados Terrosos es un emprendimiento desarrollado por estudiantes de Zootecnia de la Universidad Industrial de Santander-Sede Málaga, que está captando la atención por su propuesta de hamburguesas elaboradas con carne de lombriz roja californiana.
Este proyecto, que lleva en investigación por años en otros países y en Colombia, ya tiene productos y son impulsados por los estudiantes Jean Pereira y Karen Mora, que buscan ofrecer una alternativa alimentaria sostenible y nutritiva en Colombia, según informó la Dirección de Comunicaciones de la universidad.
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La iniciativa tiene un contexto investigativo sobre la producción sostenible de especies menores y no convencionales, con el objetivo de combatir la inseguridad alimentaria y promover el cuidado ambiental.
La universidad, de hecho, informó en un comunicado, que la profesora Laura Álvarez Palomino, quien ha guiado el proyecto junto con el semillero de investigación Chi’xi Grandín, explicó que la carne de lombriz es una fuente de proteína de alto valor biológico.
En un contexto donde el Dane reporta que el 29,6% de la población mundial enfrenta inseguridad alimentaria, y en Colombia esta cifra alcanza el 25%, la propuesta de Bocados Terrosos se presentaría como una solución innovadora y accesible.
Jean Pereira destacó que el proyecto surgió a partir de los aprendizajes en una asignatura del programa de Zootecnia, y subrayó el impacto positivo que ha tenido en la región. Por su parte, Karen Mora invitó a la comunidad a conocer el producto y continuar innovando con los conocimientos adquiridos en las aulas.
El propósito es combatir el hambre de las poblaciones vulnerables
En persecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, especialmente el de “Hambre Cero”, el emprendimiento busca proporcionar una opción alimentaria de calidad y asequible para las familias colombianas que no logran adquirir con sus bolsillos las opciones de proteína animal.
Además, el modelo de negocio ofrece la posibilidad de generar ingresos adicionales para quienes decidan replicar esta iniciativa productiva, promovería la igualdad de género y el trabajo digno, en línea con los ODS de “Igualdad de Género” y “Trabajo Decente y Crecimiento Económico”.
La lombricultura, práctica en la que se basa el proyecto, se centra en la crianza de lombrices para la producción de lixiviado y compost, productos útiles para la agricultura y la mejora de suelos. Este enfoque no solo facilita la producción de alimentos, sino que también aborda el manejo de desechos orgánicos, promoviendo un ciclo de producción sostenible y reduciendo la huella ambiental.
Finalmente, Bocados Terrosos contribuye al cumplimiento de los acuerdos de la COP 16 en cuanto a la conservación de la biodiversidad en Colombia, según informó la misma institución de educación superior. Al adoptar prácticas de bajo impacto ambiental, el proyecto se posiciona como un referente en la sostenibilidad del sector zootécnico.
Estudiante colombiana lleva su proyecto de lombricultura a la Nasa
Karol Muñoz, una estudiante de décimo grado de la Institución Educativa de Villa Moreno en el municipio de Buesaco, Nariño, se prepara para defender su innovador proyecto de lombricultura automatizada en la Nasa en 2025.
Este logro se lo llevó tras su destacada participación en la convocatoria “She Is Astronauta”, un programa pionero en Colombia y Latinoamérica que busca empoderar a jóvenes en áreas de ciencia y tecnología, según la información proporcionada.
El proyecto de Karol, que ocupó el segundo lugar en una competencia de proyectos robóticos, se centra en la producción de abono orgánico mediante la cría automatizada de lombrices. Este sistema innovador busca optimizar el proceso reduciendo la intervención humana y mejorando la eficiencia, lo que podría beneficiar significativamente a las comunidades agrícolas de la región, especialmente en un área como Buesaco, donde el cultivo de café y maíz es predominante.
La iniciativa nació bajo la guía del profesor Edwin Ortiz, que ha impulsado el interés por la robótica y la programación en la institución y en la menor. Ortiz, un etno-educador que llegó a la escuela tres años atrás, ha trabajado en modificar el plan de estudios para incluir la electrónica y la programación, lo que ha permitido el desarrollo de proyectos como “Guardianes del Conocimiento”, que busca proteger las culturas locales mientras se enfoca en la innovación tecnológica.
El sistema de lombricultura automatizada desarrollado por Karol incluye sensores para monitorear la temperatura, humedad, pH y nutrientes, así como la automatización del suministro de alimento y agua para las lombrices. Además, cuenta con sistemas de recolección automática de humus, lo que no solo aumenta la productividad, también reduce costos, contribuyendo al cuidado del medio ambiente.