El presidente de la República, Gustavo Petro, confirmó que la renovación de la flota aérea del país no tendrá un impacto fiscal inmediato, ya que el costo de las nuevas aeronaves, estimado en 700 millones de dólares, se pagará en un futuro gobierno.
Esta declaración se produce en medio de las negociaciones para reemplazar los aviones Kfir pertenecientes a la Fuerza Aérea Colombiana, los cuales han estado en servicio durante décadas.
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El gobierno estadounidense le propuso al colombiano la venta de aviones Lockheed Martin F-16 Fighting Falcon a Colombia, una alternativa que compite directamente con los aviones suecos Gripen de la empresa Saab. Esta oferta, que asciende a aproximadamente 700 millones de dólares, busca introducir aeronaves de última tecnología en nuestro país.
Según informó Blu Radio, la oferta estadounidense se presenta como una opción atractiva debido a factores como la proximidad geográfica y el costo. La propuesta implica que las aeronaves podrían llegar a Colombia en los próximos meses, permitiendo su uso casi inmediato. Esta oferta compite directamente con la de los aviones Gripen, que según la información que ha circulado en el país, ya estaban en una fase avanzada de negociación.
El periodista Ricardo Ospina, director del servicio informativo de Blu Radio, detalló que la decisión final sobre qué tipo de aeronaves se adquirirán recae directamente en el presidente Petro. Aunque la renovación de la flota es una decisión ya tomada, el anuncio oficial sobre las medidas a implementar y los modelos seleccionados aún está pendiente.
En cuanto al financiamiento, el presidente Petro aseguró que se han logrado negociaciones que permiten varios años de gracia, evitando así un impacto en la crisis fiscal actual del país.
“No va a causar un impacto fiscal para este año o el siguiente”, afirmó Petro, destacando que el plan financiero de mediano plazo fue diseñado para mitigar cualquier carga fiscal inmediata.
La propuesta de Saab consiste en suministrar una flota completa de aviones JAS Gripen, que se producen en una línea de ensamblaje en Brasil. Esta opción había sido considerada seriamente por el gobierno colombiano antes de la intervención de Estados Unidos en el proceso de selección.
La competencia entre los aviones F-16 y los Gripen refleja la importancia estratégica de esta adquisición para Colombia, que busca modernizar su flota aérea con tecnología de última generación. La decisión final no solo tendrá implicaciones económicas, sino también geopolíticas, dado el interés de diferentes países en fortalecer sus relaciones con Colombia a través de la venta de equipos militares avanzados.
El desenlace de esta negociación es crucial para la Fuerza Aérea Colombiana, que necesita reemplazar su flota envejecida para mantener su operatividad y capacidad de defensa. La decisión final del presidente Petro determinará el futuro de la aviación militar en Colombia y podría influir en las relaciones del país con Estados Unidos y Suecia.
El F-16: pionero de la aviación con tecnología avanzada en guerra electrónica
El Lockheed Martin F-16 Fighting Falcon es un avión de combate que destaca por su avanzado sistema de guerra electrónica, diseñado para proporcionar alertas de peligro y reaccionar automáticamente ante amenazas seleccionadas. Este sistema es especialmente efectivo contra baterías de misiles tierra-aire, según la información disponible.
Así mismo, es un avión versátil que puede ser tripulado por uno o dos pilotos, y cuenta con una longitud de 14,8 metros, una envergadura de 9,8 metros y una altura de 4,8 metros.
Esta aeronave de combate tiene una superficie alar de 27,8 metros cuadrados y un peso en vacío de 8.727 kilogramos. Su peso cargado alcanza los 12.003 kilogramos, mientras que el máximo peso al despegue es de 16.875 kilogramos. El F-16 está equipado con un motor turbofán Pratt & Whitney F100-PW-200, que ofrece un empuje de 64,9 kN en seco y 106 kN con poscombustión, permitiéndole alcanzar una velocidad máxima de Mach 2,05, equivalente a 2.177 km/h a altas altitudes.
En cuanto a su capacidad operativa, tiene un alcance máximo de 3.900 kilómetros y puede operar a un techo de servicio de 15.240 metros, con un techo máximo de 18.300 metros. Su velocidad de ascensión es de 250 metros por segundo, lo que le permite alcanzar rápidamente altitudes operativas.
El armamento del F-16 es extenso, incluyendo un cañón multitubo M61A1 de 20 mm y una variedad de combinaciones de misiles y bombas. Entre los misiles aire-aire se encuentran el AIM-7F Sparrow y el AIM-120 Amraam, además de misiles para ataques terrestres y navales. El avión puede transportar hasta 9.726 kilogramos de carga total en sus ocho puntos de enganche.
En términos de sistemas de aviación, el F-16 incorpora comunicaciones UHF y VHF con eliminador de interferencias avanzadas, un interrogador IFF para identificación de enemigos-amigos, y una pantalla de visualización HUD. También está equipado con un receptor GPS y un radar avanzado AN/APG-68, capaz de monitorear hasta 10 blancos en modos aéreo, terrestre y naval. Además, cuenta con capacidad Lantirn mejorada, que incluye un designador láser/FLIR de segunda generación, un sistema de guerra electrónica táctica, un computador digital, y sofisticados instrumentos de vuelo y navegación inercial.