En un operativo conjunto de las autoridades de Medellín, se logró la desarticulación de una banda que se dedicaba a la venta de carne de caballo mezclada con carne de res y cerdo en mal estado. Durante el 14 de noviembre de 2024, los uniformados confirmaron la captura de cuatro personas, entre ellas un menor de edad.
De acuerdo con el medio local Minuto30, el general William Castaño, comandante de la Policía Metropolitana, indicó que los señalados compraban animales a punto de morir o ya muertos para mezclarlos con otro tipo de carne y así evitar que los clientes lo notaran.
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La distribución de esta carne adulterada se realizaba principalmente en las localidades de Bello, Copacabana y Medellín, lo que generó un grave riesgo para la salud de los consumidores. “Mezclaban productos cárnicos en descomposición” y hacían contacto con ciertas fincas para conseguir los animales en condiciones deplorables, explicó el oficial.
Del mismo modo, se confirmó que en medio del procedimiento, las autoridades incautaron alrededor de tres toneladas de carne y dos armas de fuego, por lo que se imputarán varios cargos a los criminales.
La situación desató la alerta entre los habitantes de Medellín y el Valle de Aburrá, teniendo en cuenta que el consumo de estos alimentos en mal estado podría tener efectos adversos para la salud debido a la utilización de productos químicos para alargar su vida útil.
Otro detalle preocupante que resuena en los informes es que el menor de edad detenido está vinculado familiarmente con el conductor del vehículo que transportaba la carne, por lo que se trataba de un “negocio familiar” en el que involucraban a las personas sin importar su edad.
Del mismo modo, el oficial confirmó que la captura y posterior judicialización de los implicados se llevó a cabo bajo los cargos de concierto para delinquir agravado, corrupción de alimentos y maltrato animal.
Este caso refleja una de las tantas problemáticas que enfrenta Medellín en torno a la seguridad alimentaria y el tráfico ilegal de productos cárnicos, por lo que las investigaciones preliminares sugieren que el grupo habría cometido estos delitos durante un tiempo considerable al distribuir carne sin inspección sanitaria adecuada, poniendo así en riesgo la salud pública.
Ante la gravedad de esta situación, los ciudadanos están a la espera de que la justicia condene a los detenidos e investigue si hay más personas involucradas para evitar mayores riesgos para la salud de los paisas. Aunque, hasta el momento, no se han reportado enfermedades relacionadas directamente con el consumo de esta carne, pero las autoridades sanitarias recomendaron a la población adquirir estos alimentos en lugares confiables.
El caso reitera la importancia del seguimiento a los comercializadores de productos alimenticios y de la implementación de una normativa más estricta que prevenga la corrupción alimentaria. Por esta razón, la Policía Metropolitana trabaja en incrementar las labores de inteligencia para prevenir futuros delitos de esta índole y los ciudadanos esperan que se establezca un protocolo de control más riguroso en los mercados locales para que las familias no estén en riesgo.
Y es que después de que se conociera este caso, los ciudadanos expresaron su preocupación latente sobre la persistencia de estos problemas y la capacidad de las autoridades para frenarlos, pues no tienen cómo confirmar de dónde provienen los alimentos, por lo que piden a las Alcaldías y Gobernaciones reforzar las inspecciones a los comerciantes, así como mejorar los canales de denuncia y promover la educación ciudadana para evitar que se conviertan en víctimas de este tipo de fraudes que pueden llegar a costar su vida.