La atracción física es una de las primeras y más intensas manifestaciones del interés entre dos personas.
En la mayoría de los casos, representa la chispa inicial de muchas relaciones y establece un vínculo que, aunque puede parecer superficial, tiene un fuerte impacto en la manera en que estas relaciones evolucionan con el tiempo.
Según la psicología, la atracción física está íntimamente ligada a los procesos bioquímicos del cerebro. Cuando dos personas se sienten físicamente atraídas, su cerebro libera una serie de sustancias, como la dopamina, la oxitocina y la serotonina, que generan una sensación de euforia y bienestar.
Este coctel químico, que algunos describen como una especie de “enamoramiento inicial”, es responsable de las sensaciones de emoción y deseo que caracterizan a esta etapa.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
Los estudios sugieren que esta fase inicial de atracción intensa suele durar entre seis meses y dos años. Esto no significa que la atracción desaparezca por completo después de este tiempo, sino que, al disminuir el flujo de estas sustancias químicas, la intensidad de la atracción tiende a estabilizarse.
Pasada esta etapa, las relaciones suelen requerir una base más sólida, en la que factores como la compatibilidad, la comunicación y los valores compartidos juegan un papel fundamental. La atracción física se convierte entonces en una dimensión más del vínculo, pero deja de ser la fuerza dominante.
A lo largo del tiempo, la atracción física puede disminuir debido a factores como la familiaridad, la rutina y las responsabilidades diarias.
Estos elementos pueden hacer que las personas perciban a su pareja de manera diferente, y a menudo pueden llevar a la falsa creencia de que la atracción ha desaparecido por completo.
Sin embargo, la psicología sugiere que, en la mayoría de los casos, esta atracción no desaparece, sino que se transforma, y puede ser estimulada y renovada con el esfuerzo adecuado.
Aunque la química inicial puede decaer, existen maneras efectivas de mantener la atracción física a largo plazo. Algunas recomendaciones respaldadas por estudios psicológicos que pueden ayudar a las parejas a preservar esa atracción son:
- Mantener el misterio y la novedad: la familiaridad y la rutina, aunque aportan seguridad, pueden reducir el atractivo de la pareja. Según el psicólogo Arthur Aron, realizar actividades nuevas o emocionantes en pareja puede ayudar a mantener la atracción. Esto se debe a que el cerebro responde a la novedad y a la emoción, liberando nuevamente las hormonas del enamoramiento. Así, hacer viajes juntos, explorar nuevas actividades o incluso redescubrir hobbies individuales pueden reactivar el interés y la atracción.
- Cuidar de la apariencia física: aunque el aspecto físico no es el único factor, sí desempeña un papel relevante en la atracción. A medida que pasa el tiempo, algunas personas pueden dejar de prestar atención a su imagen, lo que, de forma natural, puede afectar la atracción de la pareja. No se trata de someterse a estándares de belleza imposibles, sino de cuidar aspectos como la higiene, la vestimenta y la salud física, lo que no solo aumenta la autoestima, sino que también contribuye a la percepción positiva de la pareja.
- Fomentar la intimidad emocional: la atracción física se fortalece cuando existe una conexión emocional profunda. La psicóloga Esther Perel explica que la cercanía emocional puede intensificar el deseo físico. Esto implica cultivar la comunicación sincera y abierta, compartir pensamientos y emociones, y ser vulnerables entre sí. Esta conexión emocional no solo mejora el entendimiento mutuo, sino que puede hacer que la atracción física sea más importante y satisfactoria.
- Mantener el contacto físico regular: los estudios en psicología sugieren que el contacto físico regular, como los abrazos, los besos y las caricias, estimula la liberación de oxitocina, conocida como la “hormona del amor”. Este contacto físico contribuye a fortalecer el vínculo emocional y a mantener la atracción. Además, estas muestras de afecto generan una mayor sensación de proximidad y seguridad, que puede reavivar el deseo físico.
- Trabajar en la autoestima y el desarrollo personal: la psicología enfatiza que el amor propio y la autoestima son fundamentales para mantener una relación saludable. Cuando una persona se siente bien consigo misma y mantiene intereses propios, aporta una energía positiva a la relación, que puede ser muy atractiva para la pareja.
La atracción física entre dos personas puede ser efímera si se basa únicamente en la química inicial, pero cuando está acompañada de un vínculo emocional y de un compromiso mutuo de cuidado, puede perdurar en el tiempo. La psicología sugiere que la atracción no es solo una cuestión de suerte o destino, sino también de esfuerzo y dedicación. En este sentido, mantener viva la atracción física en una relación es posible si se trabaja conscientemente en construir una conexión que trascienda la superficialidad y evolucione con el tiempo.