Si escucha siempre la misma canción, tome nota: esto es lo que significa según la psicología

El hábito de escuchar la misma canción repetidamente es una práctica que está profundamente influenciada por factores emocionales y cognitivos

Para muchas personas, la música representa un refugio emocional y un puente hacia sus propias emociones y hacia el mundo que las rodea - crédito VisualesIA/Imagen Ilustrativa Infobae

Escuchar siempre la misma canción es un fenómeno común que ha despertado el interés de la psicología, ya que revela aspectos profundos sobre la mente y las emociones de una persona. Al repetir una canción, los individuos no solo buscan entretenimiento, sino que también intentan regular su estado de ánimo, procesar emociones complejas, y crear un sentido de estabilidad y conexión.

De acuerdo con estudios psicológicos, la práctica de escuchar una canción en repetidas ocasiones puede vincularse con una serie de factores emocionales y cognitivos, desde la búsqueda de placer y alivio hasta la necesidad de reforzar ciertos recuerdos o de recuperar sensaciones de control en momentos de incertidumbre.

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Psychology Today asegura que la música no solo provoca una respuesta estética en los oyentes, sino también una respuesta emocional significativa. Estos efectos en el cerebro desencadenan procesos específicos que podrían explicar la razón por la cual las personas desarrollan preferencias por ciertas canciones.

Un motivo recurrente para escuchar la misma canción es la regulación emocional. La psicología sugiere que la música tiene el poder de influir en el estado de ánimo y, en particular, ciertas canciones pueden ayudar a gestionar o modificar emociones. Cuando una persona elige una en particular y la repite varias veces, busca conscientemente o inconscientemente generar un efecto emocional en sí misma.

La música permite a las personas regular su estado emocional, procesar experiencias difíciles - crédito VisualesIA/Imagen Ilustrativa Infobae

Esto puede ser especialmente evidente en sujetos que buscan estados emocionales placenteros, como el optimismo o la nostalgia. Por ejemplo, una canción que evoca recuerdos positivos puede ayudar a mejorar el estado de ánimo en momentos de tristeza, mientras que una canción que genere sensaciones de calma puede servir como una herramienta para combatir la ansiedad o el estrés.

Además, la repetición musical ayuda en el procesamiento de emociones complejas. Cuando una persona está pasando por una experiencia emocional intensa, como el duelo, una ruptura o el estrés, escuchar la misma canción puede permitirle enfrentar y procesar esos sentimientos de manera segura. La familiaridad de la canción crea una zona de confort que permite abordar sentimientos difíciles sin sentirse abrumado.

Al escuchar la misma canción repetidamente, las personas profundizan en la experiencia emocional, la entienden mejor y, eventualmente, llegan a una especie de resolución o aceptación de sus emociones. En estos casos, la repetición funciona como una autoterapia, donde la música facilita el contacto y la reflexión sobre las emociones.

La repetición es una herramienta con múltiples beneficios psicológicos - crédito VisualesIA/Imagen Ilustrativa Infobae

Otro aspecto fundamental que explora la psicología es la relación entre la repetición de una canción y la nostalgia. La música es un poderoso recordatorio de momentos pasados, y al escuchar una canción específica que esté vinculada a recuerdos positivos, se revive de alguna manera ese momento. La nostalgia actúa como un mecanismo de conexión con el pasado y con emociones relacionadas con la identidad personal y la historia de vida.

En momentos de incertidumbre o cambios, recurrir a canciones que evoquen épocas felices del pasado ayuda a que los individuos recuperen una sensación de estabilidad y de identidad. Esto explica por qué ciertas piezas musicales cobran un significado especial para una persona y se convierten en su “refugio” emocional cuando necesita tranquilidad o conexión.

Cada vez que escuchamos una canción que nos gusta, nuestro cerebro libera dopamina, creando una sensación de placer. Escucharla repetidamente puede ser una forma de obtener esa gratificación inmediata, y, en algunos casos, esta liberación de dopamina también refuerza la adicción a ciertos patrones de comportamiento, como la repetición musical.

Esta “recompensa” se convierte en un ciclo donde las personas encuentran placer al anticipar lo que viene en la canción, especialmente si se trata de partes específicas, como el estribillo o una transición rítmica particular.