Entre las recomendaciones que debe tener en cuenta al momento de ayudarle a una persona de la tercera edad en caso de sismo, están:
El monitoreo de la actividad sísmica en Colombia es un proceso integral que involucra varias instituciones y tecnologías para detectar, registrar y analizar los movimientos telúricos que ocurren en el territorio nacional. La entidad principal encargada de esta tarea es el Servicio Geológico Colombiano (SGC), a través de su Red Sismológica Nacional de Colombia (RSNC).
Componentes del monitoreo sísmico:
Colombia es un país con alto riesgo sísmico debido a su ubicación en el cinturón de fuego del Pacífico, una de las regiones más activas del planeta en términos de actividad tectónica.
En el territorio convergen tres placas principales: la placa de Nazca, la placa Sudamericana y la placa Caribe, cuyos movimientos generan una constante amenaza de terremotos. Las zonas más vulnerables se encuentran en la región andina, donde se localizan ciudades densamente pobladas como Bogotá, Medellín y Cali.
El Sistema Geológico Colombiano (SGC) ha señalado que las áreas más propensas a sismos de gran magnitud incluyen el Eje Cafetero, el departamento de Nariño y la región de Santander, especialmente la llamada “nido sísmico de Bucaramanga”, una de las zonas con mayor frecuencia de eventos sísmicos en el mundo.
Según el SGC, al año se registran en promedio más de 2,500 movimientos telúricos en todo el país, aunque la mayoría son de baja magnitud.
Los expertos advierten sobre la necesidad de reforzar las medidas de prevención y gestión del riesgo, dado que el impacto de un sismo depende no solo de su magnitud, sino también de la vulnerabilidad de las edificaciones y la preparación de la población.
En ciudades como Bogotá, donde la expansión urbana no siempre ha seguido normas estrictas de construcción antisísmica, la preocupación es significativa.
Las autoridades nacionales han impulsado políticas de reducción del riesgo, como simulacros periódicos y el monitoreo constante de la actividad sísmica, aunque los retos persisten en zonas rurales y regiones donde el acceso a información y tecnología es limitado.
Además, se subraya la importancia de la educación comunitaria para minimizar el impacto de futuros eventos sísmicos, especialmente en un país que enfrenta la amenaza constante de desastres naturales.
La revisión del estado de los canales y desagües del hogar es crucial en caso de un sismo por varias razones. En primera instancia, un movimiento telúrico puede causar daños estructurales no visibles de inmediato, comprometiendo la integridad de estas instalaciones.
Eventuales fisuras o bloqueos en los canales y desagües pueden derivar en filtraciones, inundaciones y acumulación de agua indeseada, aumentando el riesgo de daños materiales adicionales y problemas de salubridad.
Además, es esencial garantizar que los sistemas de desagüe funcionen correctamente para prevenir la acumulación de agua y posibles inundaciones internas, especialmente crucial durante fenómenos naturales como lluvias intensas post-sismo.
Por lo tanto, una inspección y reparación oportuna puede prevenir complicaciones mayores y contribuir a la seguridad y habitabilidad del hogar después de un sismo.
Recuerde que la preparación y participación en simulacros regulares puede mejorar la eficiencia y seguridad durante una evacuación real.
Asegúrese de revisar y actualizar su kit al menos una vez al año, revisando fechas de vencimiento y necesidades personales y familiares.
En Colombia, la preocupación es creciente ante la posibilidad de enfrentarse a fenómenos sísmicos, dados los antecedentes y la ubicación geográfica del país, propensa a la actividad tectónica. Expertos consultados por Infobae enfatizaron la importancia de comprender la situación sismológica del país y su impacto potencial.
Según Flover Rodríguez-Portillo, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Geólogos y Geofísicos de la Energía (ACGGP), el territorio colombiano se caracteriza por su alta sismicidad, dada su posición en la esquina noroccidental de Sudamérica.
Esta particularidad geográfica resulta de la interacción entre la Placa Sudamericana y la Placa de Nazca, lo que origina un conjunto único de expresiones geológicas en la zona. Esta dinámica entre placas tectónicas no solo define la configuración geológica del país, sino que también incrementa el riesgo de actividad sísmica.
Según el experto, aproximadamente el 80% de la población colombiana reside en áreas susceptibles a este tipo de eventos, la mayoría en zonas de cordilleras.
Luego del sismo con magnitud 5.7 que sacudió gran parte del país el pasado 28 de mayo, con epicentro en Los Santos, Santander, que causó la evacuación en edificios y la publicación de cientos de reacciones de internautas, pone en la lupa nuevamente este municipio que, según el Sistema Geológico Colombiano (SGC), es el epicentro de aproximadamente el 60 % de los sismos ocurridos en el país, pero ¿por qué?.
Actualmente, adivinar o predecir un terremoto con exactitud es imposible. Los científicos pueden identificar áreas de alta actividad sísmica y, a través del estudio de las fallas geológicas, estimar la probabilidad de que ocurra un sismo en una región específica. Sin embargo, no se cuenta con la tecnología o el conocimiento necesarios para predecir el momento exacto, la magnitud o el lugar preciso de un terremoto.
Lo que sí existe son sistemas de alerta temprana que detectan las ondas sísmicas apenas se originan, enviando alertas segundos antes de que el sismo sea percibido en la superficie. Aunque estos sistemas no predicen el evento, pueden ayudar a reducir el impacto al brindar algunos segundos para activar medidas de seguridad. La comunidad científica continúa investigando y desarrollando tecnologías para comprender mejor los sismos, pero por ahora, la predicción exacta sigue fuera del alcance.