El presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), José Ignacio López, fue uno de los de primeros expertos en referirse al aumento del salario mínimo para 2025. Lo hizo el 26 de septiembre de 2024, cuando adujo que la inflación prevista para el cierre de 2023 oscilaría entre el 5% y el 6%, lo que justifica su recomendación de que el incremento salarial para 2024 no debería superar un solo dígito, luego de tres años consecutivos de aumentos a doble dígito.
“Yo creo que debería ser un aumento de un solo dígito, porque pasamos a tener una inflación que en nuestras proyecciones cerraría el año cercano a 5% o 6%. Tenemos una productividad que nos está mostrando algunas mejoras, pero con muchos cambios en algunos meses”, comentó en ese momento.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
No obstante, mostró preocupación sobre el impacto que podría tener un aumento generoso del salario mínimo en un contexto en el que la economía colombiana enfrenta importantes desafíos, especialmente en el mercado laboral. A julio de 2023, la tasa de desempleo alcanzaba el 9,9%, lo que se refleja en un panorama económico incierto.
Según él, un aumento demasiado elevado podría agravar esta situación: “Los aumentos en términos reales han sido generosos y nos preocupa que ya empezamos a ver por la actividad económica un deterioro en el mercado laboral y sería una receta indeseada”.
Choque inflacionario
Ahora, el 12 de noviembre, volvió a pronunciarse al respecto en el XI Congreso de la Asociación de Fiduciarias (Asofiduciarias). Afirmó que no es el momento adecuado para un incremento de doble dígito en el salario mínimo, como lo propuso la Central Unitaria de Trabajadores.
“El país hizo un esfuerzo grande en momentos de choque inflacionario de tener aumentos de doble dígito, pero hemos dicho que este no es el momento de tener un aumento de doble dígito”, declaró a solo unos días de que se instale la mesa tripartita de concertación, donde participarán el Gobierno, empresarios y trabajadores.
Ante esto, el presidente de la asociación insistió en que el ajuste debería rondar el 6,3%.
Inflación, dato clave
“Nosotros pensamos que la inflación va a cerrar este año en 5,3% y si cierra un poquito más abajo, esa cifra de 5,3% puede ser la que los negociadores observen en el momento de estar tomando esta decisión”, explicó. Según él, esta cifra sería la base, sumando algunos puntos por productividad que podrían alcanzar hasta un punto porcentual adicional.
A pesar de estas recomendaciones, las centrales obreras señalaron que propondrán un aumento cercano al 15% durante las negociaciones, con el objetivo de preservar el poder adquisitivo de los trabajadores colombianos. Esta intención responde a las preocupaciones sindicales sobre los efectos de la inflación en el salario real de los trabajadores.
Estabilidad económica
En consonancia con la postura del presidente de la Anif, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, coincidió con que el aumento del salario mínimo no debería ser de doble dígito. El funcionario comentó que “la cifra de incremento del salario mínimo, que actualmente está en $1.300.000, no podrá ser de dos dígitos, dada la situación económica de nuestro país”.
La opinión del funcionario resalta la necesidad de un enfoque medido que no comprometa la estabilidad económica.
Y es que el contexto macroeconómico actual plantea desafíos importantes para Colombia. Por ejemplo, la inflación y los niveles de productividad son factores críticos para las decisiones salariales de fin de año. Aunque el diálogo tripartito será determinante para el ajuste definitivo del salario mínimo, la propuesta de Anif y el Ministerio de Hacienda se centrará en equilibrios que no afectarán la recuperación económica. Es un desafío encontrar el equilibrio entre un ajuste que mantenga la capacidad adquisitiva sin comprometer la competitividad económica.