En medio de un ambiente político altamente polarizado en Colombia, se ha desatado una controversia sobre la credibilidad de las encuestas, específicamente las realizadas por Invamer.
Según declaraciones de María Fernanda recogidas por el programa 6AM, de Caracol Radio, hay preocupaciones en torno a la supuesta falta de congruencia de estos sondeos. “Claro que tengo dudas sobre la encuesta, si usted revisa el histórico de Invamer sabe que esta encuesta es completamente incongruente”, afirmó la congresista, reflejando el escepticismo que rodea a estos instrumentos de medición pública.
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En el centro de la polémica está el Centro Democrático, cuya base de apoyo parece haber sido calculada de manera imprecisa por las encuestas recientes. Una figura mencionada en los reportes de los medios expresó su frustración por la publicación de resultados supuestamente erróneos, planteando que se aplicó la encuesta a un reducido grupo de personas: “Dicen que se aplicó en 270 personas... No es una encuesta seria”.
Este tema no es nuevo en el panorama político. Se asemeja a la situación vivida en los Estados Unidos durante las disputas electorales entre demócratas y republicanos, donde la precisión de las encuestas fue cuestionada abiertamente.
Los avances en inteligencia artificial han sido señalados como herramientas potencialmente más fiables para medir la opinión pública, “ni son tan costosas, ni son tan tendenciosas”, según se mencionó en los informes revisados.
El problema de la supuesta manipulación informativa se centra en los métodos empleados para divulgar datos que, según algunas voces, no interpretan la realidad del apoyo electoral. “Usted cambia la percepción y eso no está listo”, reportó un medio acerca de una declaración que advierte de los peligros de difundir información errónea.
Asimismo, se destacó que los conflictos intra-partidarios podrían favorecer a la oposición: “Esta campaña va a ser entre el petrismo y el antipetrista que es un jugador de alto nivel”, según dijo Cabal en diálogos con Caracol Radio.
Otro aspecto agravante para esta crisis de confianza es el uso indebido de las bases de datos del partido para encuestas cuestionadas. Una fuente confiable señaló que dichas prácticas generan más confusión entre los miembros y simpatizantes: “No la publique usando las bases de datos del partido porque está generando confusión”, cita un medio en sus reportes.
En este contexto, la figura de Juan Manuel Santos y sus alianzas estratégicas aparecen como un factor que podría desestabilizar a la derecha colombiana. “Nos va a llenar de candidatos para confundir obviamente a la centro derecha”, indicó un informe basado en entrevistas con líderes partidistas.
Por último, el origen de los fondos para estas encuestas también ha suscitado sospechas. Se sugirió en los medios que intereses empresariales podrían estar influyendo en las prácticas de algunas encuestadoras a favor de candidatos específicos, aunque estas imputaciones aún requieren mayor evidencia para ser confirmadas.
Preocupaciones internas antes del foro de precandidatos en el Centro Democrático
Por su parte, la senadora María Fernanda Cabal ha propuesto una estrategia para las próximas elecciones al Congreso como respuesta a la controversia dentro del partido Centro Democrático, tras la publicación de una encuesta que posiciona al senador Miguel Uribe como el favorito para las elecciones presidenciales de 2026.
Durante una entrevista en el programa Vicky en Semana, Cabal discutió la situación actual del partido y en este contexto, la senadora propuso que si las listas para el Senado son cerradas, los candidatos presidenciales podrían postularse con mayor facilidad. Sin embargo, advirtió que si las listas son abiertas, surgirían complicaciones.
Según la senadora, en una lista abierta, los candidatos presidenciales podrían entrar en conflicto con los senadores de las regiones que visitan durante sus campañas, compitiendo con ventaja sobre los aspirantes al Senado en esas áreas.
La discusión sobre las listas cerradas o abiertas es crucial para el Centro Democrático, ya que afecta directamente la dinámica de las campañas y la cohesión interna del partido. Cabal enfatizó que una lista cerrada simplificaría el proceso, permitiendo que los votantes elijan directamente al partido en lugar de a candidatos individuales, lo que podría reducir las tensiones internas.
Otro punto de controversia es la eficacia de las encuestas como método de selección interna. Mientras Miguel Uribe es partidario de utilizar encuestas, Cabal y otros miembros cuestionan su fiabilidad. “A un sistema de encuestas no me le mido”, afirmó Cabal, refiriéndose a experiencias pasadas donde los resultados no coincidieron con la realidad, en diálogos con Semana.
La tensión se refleja en la relación entre los precandidatos. Cabal mencionó desconocer cualquier intento directo por parte de Miguel Uribe de aclarar la situación a miembros del partido, lo que agrava el clima de desconfianza entre ellos. Además, Semana informó que Paloma Valencia también participó en las discusiones internas sobre este tema.
El desafío del Centro Democrático radica en cómo enfrentar y resolver estas diferencias. “Esto es natural que pase”, señaló Cabal a Semana, refiriéndose a las divisiones internas. La senadora también sugirió que Uribe evalúe las recomendaciones de su equipo, enfatizando la necesidad de corregir errores antes de que erosionen más la confianza del público.
Por otro lado, el expresidente Álvaro Uribe ha llamado a los precandidatos a llegar a un acuerdo, según reportó Semana. Sin embargo, tanto Cabal como Valencia han sido críticas en sus declaraciones públicas, indicando que el camino hacia la unidad está lleno de retos por resolver.
En resumen, este episodio dentro del Centro Democrático refleja las tensiones políticas típicas en tiempos de campaña, pero también destaca la importancia de mantener la integridad y la confianza dentro de los partidos políticos. Cabal resumió la inquietud básica: “Sin reglas del juego claras, esto no puede seguir así”, alertando sobre las consecuencias de no establecer un proceso transparente.
Este conflicto no solo marca una etapa de fricción interna, sino que también plantea preguntas respecto al impacto de estas divisiones en la capacidad del Centro Democrático para presentar un frente unido contra la oposición política.