En la tarde del martes 12 de noviembre de 2024, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunció la apertura de un corredor humanitario en el río San Juan, ubicado en el Chocó, con el fin de mitigar las afectaciones a los habitantes de la región provocadas por las lluvias intensas.
Según el comunicado emitido por la organización terrorista, la medida entrará en vigor el 13 de noviembre y se mantendrá activa mientras dure la emergencia, lo que permitirá la entrada de ayuda humanitaria en zonas impactadas por el paro armado decretado por la guerrilla en la región.
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En el documento, el ELN indicó que las embarcaciones que transiten por el corredor humanitario deben portar banderas o identificaciones visibles de las instituciones que representan, con el objetivo de evitar posibles incidentes.
“Para aliviar las afectaciones del invierno de los pobladores en las zonas donde está vigente el paro armado, se autoriza un corredor humanitario desde el día 13 de noviembre, para que puedan llegar las ayudas humanitarias. Las embarcaciones que se movilicen por el río deben llevar de manera visible los logos institucionales que los identifiquen, para evitar incidentes; en ningún caso se permite movilidad nocturna”, se lee en el documento.
Denuncias de alianza entre fuerzas militares y grupos paramilitares
Además de anunciar la apertura del corredor, en el comunicado, el ELN hizo referencia a las razones detrás del paro armado en la subregión del San Juan, el cual ha mantenido a las comunidades locales en medio de restricciones de movilidad y constantes enfrentamientos armados.
Según la organización insurgente, la medida respondió a la “presencia paramilitar en el departamento y la connivencia con las fuerzas militares para asesinar, desplazar y confinar a sus habitantes”.
Al respecto, el ELN denunció lo que considera una “alianza criminal” entre algunos miembros de la fuerza pública y grupos paramilitares, en particular el Clan del Golfo.
Como muestra de esa presunta cooperación, el grupo armado mencionó la captura de dos infantes de marina, a los que se les acusó de colaborar con la organización paramilitar mediante el tráfico de armas y cooperación militar.
“Aunque este es el eslabón más pequeño de la cadena, reafirma nuestra denuncia permanente contra los altos mandos de las fuerzas armadas”.
Alegaciones sobre encuentros entre el ejército y grupos paramilitares
El ELN también dejó en evidencia un supuesto encuentro entre un comandante del Ejército Nacional y un jefe paramilitar que se registró el 7 de noviembre de 2024 en el corregimiento de San Miguel, ubicado en la cuenca del río San Juan.
Según la organización, este encuentro tuvo el objetivo de coordinar el traslado de combatientes paramilitares heridos tras enfrentamientos con la guerrilla, por lo que la guerrilla aseguró que la reunión se desarrolló “bajo el apoyo y beneplácito del ejército”.
En otro hecho denunciado, el ELN mencionó un atentado que se registró el 18 de octubre de 2024, en la vereda El Cremal, en el corregimiento de Naranjal, Valle del Cauca, en el que un líder indígena fue atacado por presuntos paramilitares, situación que, según se lee en el comunicado, provocó el desplazamiento de la comunidad.
También señaló a un comandante de la Policía Nacional con sede en el Naranjal, a quien acusó de estar en alianza con el Clan del Golfo y de cooperar con un mercenario identificado como alias Percherón.
Contradicciones sobre la presencia militar en la región
El comunicado finalizó cuestionando la afirmación de las autoridades sobre una supuesta presencia militar de 1.000 efectivos en la subregión del San Juan para “proteger” a las comunidades.
En ese sentido, el ELN aseguró que las Fuerzas Armadas no se encuentran desplegadas en las áreas afectadas y que, en su lugar, “los grupos paramilitares sí se mueven libremente por el río para destruir el tejido social y ‘acabar’ con la resistencia popular y guerrillera”.