Colombia enfrenta un desafío energético mientras se aproxima el verano de 2024-2025. Según un análisis de Bancolombia, existe un riesgo de racionamiento de energía en el primer trimestre de 2025 si los niveles de los embalses no se recuperan en los próximos meses.
Este riesgo se debe a que diciembre marca el inicio de la temporada seca, que se extiende hasta marzo-abril. Actualmente, los embalses del país han alcanzado un 60,40% de su capacidad, un aumento notable desde su punto más bajo del año, pero aún por debajo del mínimo histórico para octubre.
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“Hay un riesgo de racionamiento en el primer trimestre de 2025, si no se recuperan los embalses en los próximos meses, dado que diciembre es el comienzo del verano el cual se extiende hasta marzo-abril”, dijo Laura Clavijo del grupo de investigadores económicos de Bancolombia a El Colombiano.
Las lluvias recientes elevaron los niveles de agua en los embalses, lo que representa un avance crucial para la estabilidad de la producción de energía hidroeléctrica en Colombia.
Según XM, el Sistema Interconectado Nacional (SIN) ha experimentado un incremento de 31 puntos porcentuales en los embalses desde su nivel más bajo del año. Sin embargo, este aumento no es suficiente para alcanzar el nivel mínimo histórico de 65,4% registrado entre 2004 y 2023.
El ministro de Minas y Energía, Ómar Andrés Camacho, señaló que la meta es alcanzar un nivel de llenado de al menos 70% para fin de año, lo que garantizaría el suministro energético para el 2025. A pesar de las mejoras recientes, la cartera de Minas y Energía advirtió que, en un escenario hidrológico normal, podría haber un déficit de alrededor de cincuenta millones de pies cúbicos de agua. En condiciones críticas, este déficit podría aumentar a 64 millones de pies cúbicos.
“Si las condiciones hidrológicas fueran críticas, hay entonces un faltante aproximadamente de 64 millones de pies cúbicos, ambas situaciones podrían ser atendidas por la contratación excedentaria que el gestor del mercado está determinando y que pasa de los 68 millones de pies cúbicos”, dijo el ministro Andrés Camacho.
En el último mes, los niveles de los embalses subieron 6,41 puntos porcentuales, pasando de 51,19% el 7 de octubre a 57,6% el 7 de noviembre, según datos de XM. Los principales embalses en Antioquia muestran niveles ligeramente superiores, con El Peñol al 59,5%, Playas al 64,9%, Porce II al 79,5%, Porce III al 82,9% e Ituango al 45,3%.
El fenómeno de La Niña, que se estima será débil y se extenderá hasta febrero de 2025, podría influir en las condiciones hidrológicas del país. Sin embargo, los analistas advirtieron que, sin un aumento significativo de lluvias, el país podría enfrentar un racionamiento de energía. La demanda promedio del Sistema Interconectado Nacional entre enero y septiembre de 2024 fue de 224,69 gigavatios-hora, superando la proyección de 223 gigavatios-hora de la Unidad de Planeación Minero-Energética (Upme).
El gobierno del presidente Gustavo Petro descarta, por ahora, la posibilidad de un apagón en lo que resta de 2024 y en 2025. No obstante, la situación sigue siendo crítica, y la recuperación de los embalses es esencial para evitar problemas de suministro energético en el futuro cercano.
Intensificación de lluvias aumenta niveles de embalses en Cundinamarca, pero racionamiento de agua persiste en Bogotá
El nivel de los embalses en Cundinamarca ha mostrado un incremento significativo tras las intensas lluvias que azotaron Bogotá y sus alrededores en los últimos días, según un informe de la CAR Cundinamarca. A pesar de este aumento, la alerta por racionamiento de agua en la capital colombiana y sus municipios aledaños se mantiene vigente.
El reporte, divulgado el lunes 11 de noviembre, detalla que los embalses del sistema Chingaza, que abastecen de agua a Bogotá, han experimentado un ascenso en sus niveles. Sin embargo, el porcentaje acumulado de agua en los embalses de Chuza y San Rafael es de solo 49,46%, lo que no es suficiente para levantar la emergencia hídrica en la región.
En el agregado norte, los embalses de Neusa, Tominé y Sisga registraron niveles de 75,80%, 64,02% y 48,87% respectivamente, alcanzando un promedio de 53,54% en esta zona. Por otro lado, los embalses del agregado sur, Chisacá y La Regadera, se mantuvieron estables con niveles de 91,77% y 95,66%, sumando un total de 93,14% para esta área.
A pesar de las lluvias recientes y el aumento en los niveles de agua, la Administración Distrital decidió continuar con las medidas de racionamiento debido a que los embalses críticos para el suministro de agua en Bogotá aún no alcanzan niveles seguros. Esta situación resalta la importancia de seguir monitoreando las condiciones climáticas y los niveles de agua en los embalses para garantizar el abastecimiento adecuado a la población.