El trámite de una visa es, para muchas personas, un proceso largo y complejo que involucra no solo requisitos administrativos, sino también una carga emocional significativa. Obtener este permiso para ingresar a otro país exige cumplir con una serie de exigencias que varían según la nación y el tipo de visa solicitada, ya sea de turismo, trabajo, estudio o residencia. A menudo, los solicitantes deben presentar documentos personales, justificar recursos económicos, y demostrar vínculos con su país de origen para garantizar que no se quedarán ilegalmente.
La incertidumbre y el miedo al rechazo son comunes en este proceso, ya que una negativa puede frustrar planes de vida o el cumplimiento de metas académicas y laborales. Además, el proceso puede ser costoso, ya que implica pagos de aranceles y, en algunos casos, la contratación de asesores legales. Muchas personas invierten tiempo y dinero con la esperanza de obtener la visa, pero las razones de rechazo suelen ser variadas y a veces difíciles de predecir.
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Ana Martínez Villa, una joven colombiana, es una prueba de que no todo está perdido cuando las noticias no son buenas, pues logró su visa solo dos semanas después de un rechazo inicial, como relató en un video de TikTok. Tras una primera cita consular en la que recibió una negativa, Martínez Villa no se rindió y consiguió revertir la decisión en su segundo intento, obteniendo así la aprobación de su solicitud.
La creadora de contenido aseguró que inició su proceso el 5 de enero de 2024 al obtener una cita para la visa con el propósito de cumplir sus sueños en EE. UU. Su solicitud formaba parte de un programa de intercambio cultural que le permitiría viajar al país norteamericano. “Les cuento la historia de cómo me rechazaron la visa y dos semanas después me la aprobaron”, aseguró en el material audiovisual.
El proceso de la colombiana incluyó dos citas obligatorias: primero en el CAS, donde le tomaron huellas y fotografías, y luego en el consulado para una entrevista en inglés. Aunque se preparó para ambas etapas, los nervios la afectaron especialmente en la segunda cita.
“Estaba muy nerviosa, pero muy nerviosa. Todo bien hasta ahí”, recalcó. Martínez Villa aseguró que al llegar al lugar no podía alejar de su mente los peores escenarios. Observó cómo otras personas salían del consulado con expresiones de tristeza, e incluso algunos lloraban tras recibir una negativa en su solicitud. Tenía miedo de vivir esa misma experiencia y finalmente sus temores se hicieron realidad, pues su visa fue rechazada.
La joven recordó a una de las cónsules que, según su percepción, rechazaba a la mayoría de los solicitantes: “Me tocó con ella”, puntualizó. La entrevista fue breve y la respuesta, contundente. “Lo siento, pero tu visa fue denegada”, fueron las palabras de la persona que la atendió. Aunque intentó mantenerse tranquila, al salir del consulado la invadió la tristeza y la frustración. “Me puse a llorar, fue horrible para mí, dije ‘mis sueños acabaron’”, puntualizó.
A pesar del dolor de la negativa, se comunicó con la agencia que gestionaba su solicitud, donde le explicaron que podía apelar la decisión consular. El rechazo, le indicaron, no se debía a motivos graves, sino a la decisión particular de la cónsul. Con esta información, decidió intentarlo nuevamente, pagó de nuevo los derechos consulares y programó otra cita para el 22 de enero.
La solicitante volvió a viajar a Bogotá, y aunque sus nervios eran los mismos, esta vez la decisión fue distinta. En esta nueva oportunidad la atendió un hombre quien fue el encargado de decirle: “Tu visa fue aprobada”.