Las remesas hacia Colombia alcanzaron cifras históricas en 2024, con USD1.037,32 millones solo en septiembre y un total de cuatro meses consecutivos superando los USD1.000 millones. Sin embargo, este flujo vital de ingresos para el país podría verse comprometido en el futuro cercano debido a las políticas económicas planteadas por la administración del presidente electo de EE. UU., Donald Trump. La posibilidad de imponer una tasa del 10% sobre las remesas preocupa a los expertos y a los millones de familias colombianas que dependen de estos envíos para su sustento diario.
Desde hace varios años, el Banco de la República reportó un crecimiento sostenido en los ingresos externos de remesas, superando incluso el ritmo de crecimiento de la economía nacional. En 2024, el porcentaje de las remesas en relación con el Producto Interno Bruto (PIB) alcanzó un récord del 2,8%, mientras que en 2014 apenas representaban el 1,1%. Este aumento en las remesas se atribuye en gran parte a la migración creciente de colombianos hacia el exterior, especialmente hacia Estados Unidos y España, de donde proviene el 42% de estos ingresos.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
Entre enero y septiembre de 2024, el total de remesas acumuladas llegó a USD8.680 millones, una cifra que representa un aumento del 17,2% frente al mismo período del año anterior. Si esta tendencia se mantiene, Colombia podría superar el récord de USD10.000 millones en remesas, alcanzado por primera vez en 2023. En promedio, cada receptor en Colombia recibe entre 470 y 506 dólares mensuales, cifra que se mantiene estable y es crucial para las economías de departamentos como Valle del Cauca, Cundinamarca y Antioquia, los mayores receptores de estos envíos.
El impacto económico y social de las remesas en Colombia es notable. Para miles de hogares, este ingreso representa una fuente de sustento fundamental, especialmente en tiempos de desaceleración económica interna. En Estados Unidos, donde gran parte de los migrantes colombianos trabaja en el sector servicios, la estabilidad laboral permitió que las remesas se mantuvieran en niveles elevados.
El Banco de la República explicó que el sector servicios aporta más del 75% del PIB de EE. UU. y que su tasa de desempleo es menor que la media nacional, lo que favoreció a los colombianos ocupados en empleos de ventas y oficinas.
A pesar de esta estabilidad, la posible medida anunciada por el vicepresidente electo J. D. Vance, de establecer un impuesto del 10% sobre las remesas, genera preocupación entre los economistas. Esta política buscaría frenar actividades ilícitas relacionadas con el tráfico de drogas y personas, según la nueva administración estadounidense, pero podría tener efectos colaterales sobre las remesas destinadas a países latinoamericanos, afectando la economía de países como Colombia.
Las remesas representan la segunda fuente de divisas más importante para Colombia, después del petróleo, y cualquier cambio drástico en su flujo tendría un impacto significativo en las finanzas nacionales y en millones de hogares.
Impacto en la economía
La posible imposición de una tasa del 10% sobre las remesas enviadas desde Estados Unidos a Colombia podría tener un impacto económico significativo. Este tipo de envíos son esenciales para la economía de varios departamentos colombianos, especialmente en regiones con altos índices de dependencia de estos recursos. La medida afectaría a miles de hogares colombianos que dependen de las remesas para cubrir gastos básicos como alimentación, educación y salud.
La reducción en el flujo de remesas también podría tener efectos negativos en el consumo interno, un motor clave del crecimiento económico colombiano. Al disminuirse el ingreso disponible de muchas familias, sectores como el comercio minorista, la vivienda y los servicios verían una disminución en la demanda. Además, la menor entrada de divisas presionaría la balanza de pagos y podría afectar la estabilidad cambiaria, debilitando el peso colombiano y elevando la inflación.
Desde un punto de vista macroeconómico, la medida agravaría los retos fiscales de Colombia, que ya enfrenta dificultades para mantener la estabilidad de su deuda externa. Las remesas son un pilar financiero estable y creciente, y cualquier medida que limite este ingreso aumentaría la presión sobre las autoridades económicas para encontrar nuevas fuentes de divisas. De implementarse, esta política obligaría a Colombia a diseñar estrategias para mitigar su impacto sobre la economía y proteger a los hogares que dependen de estos ingresos.