El negocio del narcotráfico parece ser un tema sin final en Colombia, pues los intentos por acabar con los grupos criminales y erradicar los cultivos ilícitos siguen siendo insuficientes ante el poderío que estarían ejerciendo grupos del narcotráfico internacionales sobre el territorio nacional.
Ese el caso de la ‘Ndrangheta y la Camorra, dos de las organizaciones criminales más poderosas de Italia, que estarían intensificando su presencia en Colombia para controlar el tráfico de cocaína hacia Europa, según una reciente investigación de El Colombiano.
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De hecho, fuentes de inteligencia aseguran que el auge de los italianos en el territorio nacional cobró relevancia tras la desmovilización de las extintas Farc en 2016, que ejercían un control casi total de los cultivos ilícitos de coca, lo que ha democratizado el acceso a la hoja para todos los grupos narcotraficantes nacionales e internacionales.
Pero, la presencia de las mafias italianas en Colombia no es nueva. Según información oficial de inteligencia obtenida por el medio nacional, en el caso de La Camorra, originaria de Nápoles, ha estado involucrada en el tráfico de drogas desde los años 80, cuando estableció vínculos con el cartel de Medellín.
Sin embargo, en el tiempo reciente las autoridades colombianas capturaron a dos de sus miembros en Medellín: Gustavo Nocella, alias “Ermes”, y Luigi Belvedere, conocido como “el Colombiano”. Nocella coordinaba la logística para enviar cocaína a Rotterdam, mientras que Belvedere operaba rutas hacia España, Alemania e Italia.
Por otro lado, la ‘Ndrangheta, con sede en Calabria, tiene una influencia aún mayor en el negocio de la cocaína en Colombia y se estima que controla el 60% de la cocaína que ingresa a Europa. Esta organización ha fortalecido sus operaciones en el país desde finales de los años 90, colaborando con el cartel del Norte del Valle y hara con grupos paramilitares.
Incluso, en los últimos años, varios de sus operadores han sido capturados en ciudades como Barranquilla y Cali, como el caso de Domenico Trimboli; alias Pasqale; Roberto Pannunzi, alias “Bebé”, y Enricco Muzzolini. De hecho, durante el 2024 también han caído capos de esa mafia italiana como Pouya Mohmini, además de los colombianos César Hernández Caballero, alias el Calvo, José Méndez Caycedo y Haroll Miranda Castaño, quienes tendría a su cargo la contaminación de los contenedores para transportar la droga al viejo continente.
Además, la colaboración entre estas mafias italianas y grupos criminales colombianos, como “la Oficina” y el Clan del Golfo, es evidente en las zonas portuarias de Cartagena, Barranquilla y Urabá. Estas alianzas facilitan el tráfico de cocaína hacia Europa, utilizando rutas marítimas desde el Caribe y el Pacífico.
Y la situación se complica con la participación de disidencias de las Farc, que han establecido contactos con la ‘Ndrangheta para facilitar el tráfico desde puertos del Pacífico como Buenaventura y Tumaco. Según comentó el profesor Evan Ellis, experto en la mafia internacional, a El Colombiano, la ‘Ndrangheta también tiene presencia en Venezuela, República Dominicana y otras islas del Caribe, lo que asegura un tránsito relativamente seguro de la droga.
Además, una de las grandes ventajas de las mafias italianas para operar en Colombia es que, a pesar de la competencia entre la Camorra y la ‘Ndrangheta, no se han registrado enfrentamientos violentos entre ellas. Por el contrario, ambas organizaciones parecen estar más interesadas en cooperar para maximizar sus ganancias en el lucrativo mercado de la cocaína colombiana que, según la ONU, cuenta con 253.000 hectáreas de coca sembradas y una producción anual de 2.664 toneladas de cocaína.
Incluso, estarían fortaleciendo sus vínculos con el Estado Mayor Central para expandir su oferta y sus proveedores, y así mantener su poderío en Colombia y Europa.