Nuevos detalles del asesinato al interior de la cárcel de Jamundí: recluso murió en su celda del pabellón 7A

En la mañana del domingo 10 de noviembre de 2024, el Inpec confirmó que Juan Diego Rojas Pérez, conocido como Jhon Estiven Idrobo Pérez o alias Jerry, fue asesinado al interior de su celda en el pabellón de máxima seguridad de la cárcel de Jamundí, Valle del Cauca.

Según informó Noticias Caracol, el homicidio ocurrió en el patio 7A de la prisión, lugar en el que Idrobo Pérez cumplía una condena de 24 años de prisión por múltiples delitos, incluido homicidio, amenazas y narcotráfico, todos relacionados con su rol de líder en la organización criminal Los Rastrojos.

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El asesinato fue perpetrado por otro interno, quien, después de disparar varias veces contra Idrobo Pérez, se entregó voluntariamente a la guardia penitenciaria y confesó el crimen.

Por lo tanto, según información de las autoridades, el atacante será judicializado en las próximas horas mientras avanzan las investigaciones para esclarecer los motivos de este ataque y determinar cómo logró obtener un arma de fuego en un recinto de máxima seguridad.

El acceso de armas de fuego a las instalaciones penitenciarias es un punto crítico en este caso, por lo que el evento ha puesto en alerta a las autoridades que ahora investigan cómo llegó el arma al recinto.

Después del homicidio, se llevaron a cabo exhaustivas requisas en todas las áreas de la cárcel de Jamundí en un intento por descartar la presencia de otros artefactos de este tipo entre la población recluida en el establecimiento carcelario.

El asesinato de Idrobo Pérez parece estar relacionado con un ajuste de cuentas dentro del propio sistema penitenciario, según las primeras hipótesis de las autoridades, pues Jerry era conocido por su rol destacado en el grupo criminal Los Rastrojos, organización con fuerte presencia en el Valle del Cauca, y había estado involucrado en conflictos y represalias tanto al interior como fuera de la cárcel.

Jhon Estiven Idrobo Pérez fue capturado en marzo de 2012 en un operativo coordinado por la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (Dijíin) en Santa Marta. Este operativo, que también incluyó la captura de otros miembros de alto rango de organizaciones criminales en la región Caribe, se realizó después de que Idrobo Pérez lograra evadir a las autoridades por años, incluso las autoridades lograron establecer que se sometió a cirugías estéticas para modificar su apariencia y dificultar su identificación.

Alias Jerry era uno de los hombres más buscados en Tuluá, donde se le señalaba de haber generado una ola de violencia al enfrentarse a otros miembros de su misma organización y a grupos rivales, por lo que su captura fue considerada en su momento como un golpe significativo para Los Rastrojos, aunque su influencia continuó ejerciéndose dentro del sistema penitenciario, según informes de inteligencia.

Los Rastrojos, grupo con raíces paramilitares y luego transformado en organización dedicada al narcotráfico y otros delitos, ha sido responsable de numerosos homicidios, extorsiones y actos de violencia en el suroccidente colombiano.

La participación de Idrobo Pérez en esta organización se extendió durante varios años y su accionar delictivo afectó tanto a la población civil como a grupos rivales, incluyendo a miembros de su propia red.

El operativo en 2012 que llevó a la captura de alias Jerry también permitió la aprehensión de otros criminales de alto perfil vinculados con bandas armadas y narcotráfico en la región Caribe y el suroccidente del país.

En ese mismo despliegue, la Dijín capturó a Loryin Emilio Pertuz Ballestas, alias Camilo o York, considerado el segundo al mando de Los Rastrojos en La Guajira, dado que era uno de los criminales más buscados en esta zona del país y tenía cargos relacionados con extorsión, desplazamiento forzado y homicidios selectivos.

Otra captura destacada fue la de Jhon Rafael Salazar, alias Flash, exintegrante de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y miembro de la organización criminal Los Urabeños, que habría sido cercano colaborador de líderes criminales en varias regiones del país y se le relacionaba con actividades delictivas que incluían homicidios, extorsiones y desplazamientos forzados en departamentos del norte del país.