El angustioso caso de la desaparición del abogado cucuteño Edwin Iván Colmenares García, de 34 años, conmocionó a su familia, amigos y allegados, quienes se unieron en un clamor por su liberación. Colmenares fue detenido en Venezuela, específicamente en el punto migratorio de El Amparo, en la frontera con Arauca, Colombia, y desde entonces se desconoce su paradero, lo que generó una profunda preocupación entre sus seres cercanos.
La desesperación de la familia se reflejó en una emotiva protesta llevada a cabo en el puente internacional Francisco de Paula Santander, en Cúcuta, para exigir respuestas sobre la desaparición del joven. Con pancartas en mano y lágrimas en los ojos, los manifestantes pidieron a las autoridades venezolanas la liberación inmediata de Colmenares, que trabaja en la Corporación de Profesionales para el Desarrollo Integral Comunitario (Corprodinco). La protesta, que simbolizó el sufrimiento de una madre que no sabe el paradero de su hijo, cobró especial relevancia por el mensaje claro y firme que su mamá, Dolly García, envió a través de sus palabras.
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García se arrodilló sobre el puente, sosteniendo un cartel en el que pedía la liberación de su hijo, y con la voz entrecortada, gritó a los presentes: “Señor Petro, la promesa de la paz es la libertad”. El mensaje estaba dirigido al presidente de Colombia, Gustavo Petro, a quien imploró interceder en su favor y ejercer presión sobre el gobierno venezolano para que el abogado fuera liberado.
“Liberen a mi hijo, es una persona honesta. Exigimos respuestas, ¿en dónde está Iván? Entréguenme a mi hijo por favor”, fueron algunas de las angustiosas palabras de Dolly García, que, junto a los manifestantes, exigió a las autoridades venezolanas que esclarecieran el paradero de Colmenares. La familia está convencida de que su ser querido no cometió ningún crimen, y que su detención está vinculada a una situación de migración irregular.
El caso generó una ola de solidaridad en la región, especialmente en Cúcuta, donde amigos y colegas de Colmenares se han unido a la protesta, exigiendo una respuesta inmediata. Mientras tanto, la incertidumbre sobre el destino del abogado persiste, y la familia se mantiene firme en su lucha por obtener información y lograr su liberación.
La desaparición de Colmenares
Edwin Iván Colmenares García, un abogado colombiano de 34 años, se encuentra en una situación desesperante: desde el 1 de noviembre está detenido en Venezuela, acusado por las autoridades de espionaje. Según las versiones de quienes lo conocen, Colmenares siempre se ha dedicado a su trabajo en la Corporación de Profesionales para el Desarrollo Integral Comunitario (Corprodinco), una ONG que se dedica a la ejecución de proyectos comunitarios y a brindar apoyo humanitario a poblaciones vulnerables en Colombia, como madres cabeza de familia y jóvenes en riesgo de desescolarización.
El abogado, que se desempeña en esta institución desde 2021, nunca tuvo ningún tipo de contacto con el Ejército ni con autoridades policiales, según lo señalado por fuentes cercanas a la ONG. Colmenares trabaja en el área administrativa, sin involucrarse en procesos penales o actividades que pudieran vincularlo con el ámbito de seguridad del país.
El día de su detención, Colmenares había viajado desde Arauca, donde residía por motivos de trabajo, con destino a Cúcuta, ciudad natal de su familia. Con el fin de evitar las malas condiciones de las vías por La Soberanía, el abogado optó por tomar un desvío por Venezuela, un trayecto que ya había recorrido en varias ocasiones.
Sin embargo, al pasar por el puente internacional José Antonio Páez y presentarse en el puesto de control del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) en El Amparo, estado de Apure, su destino dio un giro inesperado. Fue detenido por agentes de la Guardia Nacional venezolana y, poco después, entregado al Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).
Al parecer, Colmenares fue interrogado bajo la sospecha de estar vinculado al espionaje, relacionando su trabajo en la frontera con posibles conexiones con las agencias de seguridad colombianas. Desde ese momento, su familia no pudo establecer contacto con él, lo que generó una angustia. Ante la falta de noticias, los familiares denunciaron su desaparición ante la Fiscalía colombiana, y solicitaron la intervención de la Cancillería para agilizar su liberación.