La reducción de perros en el Ejército enciende las alarmas: 19 soldados y 99 civiles fallecidos en lo que va de 2024

No contar con estos caninos no solo afecta la seguridad de las tropas, sino que también limita la capacidad operativa en zonas de conflicto

La reducción de los caninos en el grupo militar ha hecho que la tarea de identificar y asegurar territorios sea cada vez más desafiante - crédito @MayorDavid_EJC / X

De acuerdo con un informe de inteligencia militar, en desde el 2023, el número de perros antiexplosivos en el Ejército se redujo en un 20%, lo que complica aún más la identificación de áreas peligrosas y aumenta el riesgo para las tropas.

La disminución de estos perros, esenciales para la detección de explosivos, se convirtió en un problema crítico en la lucha contra los grupos armados ilegales que utilizan minas como parte de su estrategia de guerra.

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En este caso, la reducción de los caninos en el grupo militar ha hecho que la tarea de identificar y asegurar territorios sea cada vez más desafiante, poniendo en peligro la vida de los soldados.

De acuerdo con Noticias Caracol, el 4 de julio de 2024, un ataque en un campo minado en el Bajo Cauca antioqueño resultó en la muerte de siete militares, un evento que resalta la creciente dificultad del Ejército para detectar minas y bombas en territorios plagados de estos artefactos. Entre ellos, estaba el soldado profesional Jesús Manuel Casso, quien era guía canino y había compartido con su esposa, Andrea Catalina Gómez, pues le retiraron a su perro antiexplosivos poco antes de su muerte en el ataque. Este hecho resalta la importancia de estos animales en las operaciones militares y la necesidad de mantener su presencia en el campo.

Así, la situación actual plantea un desafío significativo para el Ejército, que debe encontrar formas de compensar la falta de perros entrenados en un contexto donde la amenaza de minas y explosivos sigue siendo alta. La reducción de estos recursos no solo afecta la seguridad de las tropas, también limita la capacidad operativa en zonas de conflicto.

La disminución de estos perros, esenciales para la detección de explosivos, se convirtió en un problema crítico en la lucha contra los grupos armados - crédito AP

De acuerdo con el más reciente informe del Ejército, la institución cuenta con 1.966 perros, de los cuales el 69% está asignado a tareas de antiexplosivos y desminado humanitario. Esto representa 1.189 perros distribuidos en las diez divisiones del Ejército y sus fuerzas especiales. El resto de los perros se utiliza en funciones de seguridad, guarniciones militares, detección de narcóticos y búsqueda y rescate de personas.

El impacto de las minas antipersonales ha sido devastador en 2024, con 19 soldados y 99 civiles fallecidos debido a estas explosiones. El 27 de septiembre de 2024, el general Luis Emilio Cardozo, comandante del Ejército, reconoció públicamente la insuficiencia de perros para enfrentar esta amenaza. “Estamos también tratando de importar porque no son suficientes para todas las necesidades que tenemos, y teniendo en cuenta que la principal técnica de ataque que tienen los grupos armados en Colombia son los explosivos. Allí tenemos que fortalecernos, hacer un esfuerzo más grande del que estamos haciendo en este momento”, declaró el general Cardozo.

En el año en curso, se han registrado 380 víctimas, de las cuales 61 han perdido la vida - crédito AP

La situación actual subraya la importancia de los perros en las operaciones de desminado y seguridad del Ejército, especialmente en un país donde los explosivos son una táctica común de los grupos armados. La falta de estos animales entrenados podría comprometer la eficacia de las operaciones militares y la seguridad de las tropas y civiles en áreas afectadas por minas.

Según el Comité Internacional de la Cruz Roja (Cicr), en el año en curso, se han registrado 380 víctimas, de las cuales 61 han perdido la vida. Esta cifra representa una reducción en comparación con años anteriores, ya que en 2023 se contabilizaron 523 víctimas, en 2022 fueron 489, y en 2021, 390.

El informe del Cicr destaca que, de las víctimas de este año, 23 eran menores de edad, lo que equivale al 6% del total. Además, 205 de las víctimas pertenecían a la población civil, mientras que 154 eran miembros de la fuerza pública y 21 formaban parte de grupos armados. Estos datos reflejan la continua amenaza que representan las minas y artefactos explosivos en el país, afectando tanto a civiles como a fuerzas de seguridad y combatientes.