El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) emitió una contundente declaración en rechazo a la canción +57, lanzada recientemente por los artistas colombianos Maluma, J Balvin, Karol G, Blessd y otros.
A través de un video publicado en la red social X, la directora del Icbf, Astrid Cáceres, señaló que el contenido de la canción refleja patrones de comportamiento que consideran riesgosos para los menores y alienta problemáticas vinculadas con la explotación sexual infantil.
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La canción de reguetón tiene una temática que hace referencia a la vida nocturna y fiestas en Medellín y fue señalada por el instituto como una apología a patrones de conducta que identifican en situaciones de explotación sexual comercial y turismo sexual en la ciudad.
Cáceres explicó que desde el instituto observan una peligrosa normalización de actividades delictivas en la letra de la canción, la cual, afirmó, podría incitar a los menores a involucrarse en entornos que favorecen su vulnerabilidad frente a estos delitos.
Preocupación por la exaltación de patrones delictivos
Astrid Cáceres explicó que el contenido de +57 evoca un “patrón de delito” que el Icbf ha documentado junto a la policía relacionado con redes de trata de menores: “Es preocupante cómo la canción muestra como normal el hecho de que jóvenes de 18 o 19 años inciten a niñas menores a asistir a fiestas, lo que coincide con el patrón de explotación que hemos visto en la ciudad”, comenzó por explicar Cáceres.
En el video, la directora especificó que la canción menciona cómo una amiga invita a otras a asistir a una fiesta, un mecanismo que, según Cáceres, coincide con el modus operandi de redes de explotación en Medellín: “Este tipo de incitación en la letra de la canción refleja las prácticas que hemos identificado como señales de alerta de posibles abusos y explotación”.
Peligro en la exaltación del consumo de drogas y la sexualización de menores
La directora del Icbf también mostró su preocupación por frases de la canción que sugieren la manipulación de los menores a través del consumo de drogas y la cosificación sexual.
En ese sentido, Cáceres explicó que uno de los elementos críticos que observa el Icbf es la mención en la letra donde se alienta a “apagar el celular”, acción que, de acuerdo con la directora, forma parte de las tácticas que utilizan los explotadores para aislar a las menores de cualquier contacto que pueda advertirles de un posible peligro.
“Es un llamado de atención a la sociedad sobre cómo estos patrones que naturalizan el consumo de drogas y presentan a las niñas como objetos de deseo, son alarmantes para nosotros en Bienestar Familiar”, según la funcionaria, la canción contiene frases que subrayan la apariencia de “inocencia” de las jóvenes mientras simultáneamente las muestra en situaciones adultas, lo cual, advierte, es una peligrosa dualidad que enaltece el comportamiento pedófilo y la explotación de menores.
Críticas a la normalización de una “cultura del éxito” que antepone el dinero a la integridad
En otro momento del video, Cáceres criticó lo que llamó una “cultura del éxito y del mercado por encima de los derechos” que, según explicó, refuerza la idea de que los recursos materiales justifican acciones que atentan contra la integridad de los menores.
La directora del Icbf señaló que la canción incluye una frase en la que “la plata mata lo bonito”, una expresión que, según Cáceres, refleja cómo en ciertos contextos, la búsqueda del éxito financiero eclipsa el bienestar de los menores.
“La canción refleja una realidad que muchas menores nos han contado en Medellín. Nos han dicho cómo terminan en situaciones de consumo de sustancias y abuso, atraídas por este tipo de entornos. El mensaje que transmite es un riesgo altísimo para nuestros niños y niñas, porque normaliza y valida patrones que los exponen al peligro”, sostuvo.
Un llamado a la responsabilidad social de los artistas
Por último, Cáceres hizo un llamado a los artistas detrás de +57 para que reconsideren el impacto social de sus producciones, por lo que invitó a los creadores de la canción a conocer los testimonios de menores víctimas de explotación en Medellín para comprender las dimensiones de una problemática que, según el Icbf, se ve alimentada por la representación en la música de ciertos patrones de conducta.
“Nos gustaría que estos reguetoneros escucharan las historias de dolor de las niñas afectadas en Medellín, que entendieran cómo este patrón de fiesta y exceso está incentivando a los abusadores”, concluyó Cáceres.