Mientras la lucha por el descenso y la definición de los ocho clasificados a los cuadrangulares llegan a su etapa culminante, las dudas alrededor de la legitimidad de la competencia cobraron fuerza a lo largo del año, pero sobre todo en el segundo semestre.
Entre errores arbitrales recurrentes, violencia en los estadios y una creciente preocupación por el auge de las apuestas ilegales en las que se especula que hay jugadores involucrados, la liga Betplay afronta un momento especialmente complejo. A lo largo del semestre Patriotas, Jaguares, Fortaleza, Envigado y Boyacá Chicó, a los que se suman denuncias anteriores que involucraron a Real Cartagena y Unión Magdalena; dieron a conocer situaciones por el estilo al interior de los clubes, mismas que ya son de conocimiento por parte de las autoridades competentes.
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Pese a que desde que surgieron las primeras informaciones alrededor del tema se hablaba de apuestas realizadas en el país, la problemática parece ser incluso mayor, según lo dio a conocer Eduardo Pimentel, dueño de Boyacá Chicó.
En declaraciones para El Tiempo, el directivo del club ajedrezado que desde hace tiempo denuncia estas situaciones en el fútbol colombiano, manifestó que buena parte de estas apuestas ilegales se originan en el extranjero, concretamente en China, y hasta dio a conocer el modus operandi.
“No son las apuestas legales, son las del exterior, sobre todo los chinos en países asiáticos, donde una persona ofrece un millón de dólares en un partido de la A, B o C en cualquier país de Suramérica, y Colombia es de los países preferidos. Esas apuestas entran por México”, explicó Pimentel.
Al tratarse de una situación que involucra organizaciones criminales que operan a nivel internacional, las autoridades deben dar a conocer esta información a la Interpol, algo que ya hizo el presidente de la Dimayor, Fernando Jaramillo, según le dijo al medio citado, afirmando que ya sostuvieron varias reuniones virtuales con la entidad. A lo anterior se le suma la suscripción de varios acuerdos de cooperación con organizaciones de carácter global para prevenir estas situaciones en el fútbol colombiano.
“Para atacar este flagelo, la organización ha suscrito alianzas de carácter privado con firmas reconocidas tales como Genius Sport y Sport Radar, lo cual nos permite tener un monitoreo permanente de los mercados y las posibles amenazas en la competición, dando lugar a aperturas de investigaciones en la Comisión Disciplinaria de la Dimayor”, expresó.
De todos modos, Jaramillo reconoció que los esfuerzos principales se centran en trabajar de cerca con las autoridades locales, lo que motivó un mayor acercamiento de la Dimayor con la Fiscalía General de la Nación y el CTI. “Estamos trabajando en fortalecer los lazos con la Fiscalía a fin de suscribir un nuevo convenio orientado a lograr la articulación de todas las autoridades para atacar este flagelo”, declaró.
Pimentel también habló del VAR
Los fallos arbitrales también son motivo recurrente de sospecha en la liga Betplay, alcanzando uno de sus picos de inconformidad tras la protesta de Atlético Bucaramanga por el gol anulado ante Boyacá Chicó de manera polémica. Tras las quejas de Rafael Dudamel y Fabián Sambueza, la Dimayor los sancionó duramente, por lo que los jugadores en respuesta salieron al partido ante Fortaleza con la boca y el escudo tapados.
Pese a que su equipo se vio beneficiado con esa decisión, Pimentel no dudó en cuestionar el rendimiento y aplicación del asistente de video en la labor arbitral. “No hay prueba para decir que el campeonato es viciado. Hay arbitrajes malos y otros buenos. El VAR se creó para ayudar, pero por la corrupción el VAR puede cuadrar resultados. El VAR no trabaja de la misma manera para todos”, dijo.