En una serie de operativos militares coordinados entre el Ejército Nacional, la Armada y la Fuerza Aérea, se desmantelaron recientemente siete laboratorios de procesamiento de cocaína en los municipios de Timbiquí y López de Micay, en el suroccidente de Colombia.
Estos laboratorios, utilizados para la producción de pasta base de coca y clorhidrato de cocaína, fueron localizadas tras una ardua labor de inteligencia militar que ha permitido golpear de manera efectiva al narcotráfico en Cauca.
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Los complejos, ubicados en la vereda Quevedo de Timbiquí y en los sectores de Pastico y El Cacao, en el municipio de López de Micay, fueron encontrados en áreas aledañas al río Naya. Estos lugares habían sido convertidos por la facción Rafael Aguilera de las disidencias de las Farc, en centros de procesamiento de estupefacientes, con un alto nivel de infraestructura, que incluía canecas, hornos microondas, picadoras, prensas y filtradoras, herramientas esenciales para el tratamiento y producción de cocaína.
De acuerdo con las Fuerzas Militares, las estructuras ocupaban un área promedio de 15X40 metros, donde se almacenaban los insumos químicos necesarios para el proceso de fabricación de la droga. En total, se incautaron más de 2.500 galones de cocaína líquida, 1.120 galones de ACPM y 1.700 galones de gasolina. La operación, que no reportó capturas, fue descrito por las autoridades como un golpe directo a las economías ilícitas que alimentan las organizaciones criminales en Cauca.
El Ministerio de Defensa destacó la importancia de estas acciones como parte de la estrategia continua contra las estructuras narcotraficantes en la región. En particular, se refirió a la ofensiva como una medida para debilitar a las estructuras armadas que utilizan el narcotráfico como su principal fuente de financiación, afectando gravemente la seguridad y la paz de los habitantes de estas zonas.
Este importante operativo se dio tras el reciente episodio de violencia que vivió Cauca, el 8 de noviembre de 2024, por cuenta de un atentado con explosivos en el corregimiento de El Plateado, en Argelia, que dejó un saldo trágico: un soldado muerto y otro gravemente herido.
El presidente Gustavo Petro, durante un acto en conmemoración del 105° aniversario de la Fuerza Aérea Colombiana, condenó el ataque y señaló que l ataque, perpetrado por disidencias de las Farc, específicamente por el frente Carlos Patiño, forma parte de una serie de acciones violentas que buscan frenar las iniciativas del Gobierno colombiano en la región.
El mandatario afirmó que el atentado estaba relacionado con la inauguración de servicios de telecomunicaciones en la zona, una medida destinada a mejorar las condiciones de vida de los habitantes de El Plateado. Además, hizo un llamado a reconocer que lo que se libra en el cañón del Micay no es una lucha ideológica, sino una guerra por el control del negocio ilícito del narcotráfico. En sus palabras: “La zona es un mar de hoja de coca que solo beneficia a narcotraficantes que no viven ahí, que negocian desde fuera del país, mientras que en Colombia queda la sangre”.
Además, Petro reconoció el valor y el sacrificio de las Fuerzas Militares y, particularmente, de los soldados que participaron en la operación Perseo. Como muestra de su apoyo, el presidente anunció que los militares que participaron en la operación recibirán la condecoración más alta del país, la Cruz de Boyacá, como reconocimiento a su contribución en la lucha contra el narcotráfico.
Finalmente, Petro fue enfático al expresar que la lucha contra el narcotráfico no es una batalla contra la población, sino contra los grupos armados que buscan lucrarse con la violencia. En este sentido, reiteró su compromiso con la paz, aunque subrayó que no se permitirá que los colombianos sigan siendo víctimas de estos ataques. “La Paz consiste en que nos dejemos de matar”, dijo, señalando que la única forma de avanzar hacia la construcción de una nación en paz es acabar con los ciclos de violencia.