La trágica pérdida de La Flaca, una perrita criolla que por años acompañó a los policías de la estación en Patía, dejó en luto a la comunidad de este municipio en el sur del Cauca. El lamentable suceso ocurrió el jueves 7 de noviembre, cuando presuntos disidentes de las Farc atacaron la subestación policial del corregimiento de Patía. Fue alrededor del mediodía cuando lanzaron varias granadas contra la instalación, causando daños considerables en la infraestructura y dejando a uno de los policías herido, que fue atendido de urgencia en el centro médico de El Bordo.
Desafortunadamente, La Flaca perdió la vida en el ataque, generando una profunda tristeza entre la comunidad, especialmente entre los animalistas locales y los uniformados que la consideraban parte de su equipo. Como respuesta, el Ejército y la Policía desplegaron una nueva operación con el objetivo de identificar y capturar a los responsables de este violento acto contra la fuerza pública.
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Uno de los policías compartió con El País de Cali su pesar por la pérdida de La Flaca, recordando con emoción cómo la perrita pasó de ser una compañera más a una fuente constante de alegría en las jornadas de vigilancia. “Nos ha dolido mucho esta pérdida, porque ella hasta patrullaba con nosotros, nos cuidaba, era la que alegraba las jornadas de centinelas. El corazón de esta perrita lo restauramos, pero hoy esos terroristas causan esta clase de tragedias, muestra de que no les importa la vida”, expresó con tristeza.
Con el paso de los años, La Flaca se convirtió en un miembro querido e insustituible de la familia policial, desempeñando un rol especial que iba más allá de su presencia física, sino como un símbolo de esperanza y bienestar para los oficiales que enfrentan diariamente el peligro.
La historia de La Flaca comenzó hace seis años, cuando fue rescatada por la organización Animalistas El Bordo en un estado de abandono y maltrato. Vagaba por las calles del municipio sin un hogar hasta que un grupo de policías locales, conmovidos por su situación, decidió acogerla y ofrecerle un refugio en la subestación de Patía. Desde ese momento, La Flaca se integró a la vida de la estación, paseando entre los uniformados y ganándose el afecto tanto de ellos como de los vecinos, quienes también la consideraban un miembro más de la comunidad.
Uno de los patrulleros recordó cómo llegó a la subestación alrededor de 2019, al igual que otras mascotas, buscando alimento y cobijo. Poco a poco, la perrita se adaptó y se convirtió en parte de la “familia” de la estación. “Tenía hambre y empecé a compartirle comida. Con el tiempo, se integró por completo, y debido a una lesión en una de sus patas, entre todos juntamos esfuerzos para operarla. Después de eso, recuperó mucho más ánimo”, relató el patrullero.
En el municipio de Patía, numerosos colectivos animalistas y habitantes se unieron para rendir un emotivo homenaje a La Flaca. Los ciudadanos organizaron marchas y diversas actividades conmemorativas, en un esfuerzo por honrar su memoria y, al mismo tiempo, demandar una mayor protección para los animales en situación de vulnerabilidad, quienes suelen quedar atrapados en medio de conflictos que no les corresponden, dejando claro su rechazo a la violencia y su compromiso por el bienestar animal.
La organización Conexión Animal, a través de su cuenta en X (anteriormente Twitter), expresó su pesar y resumió el sentimiento compartido por la comunidad con unas palabras llenas de dolor y resignación: “Se fue en medio de una guerra que no les pertenece, pero les obligan a hacer parte. Descansa en paz, Flaca”.