Las fuertes precipitaciones que han caído en Bogotá en los últimos días han dejado varias afectaciones en infraestructura y movilidad. En la tarde del 6 de noviembre, el norte de la ciudad colapsó debido al torrencial aguacero que provocó la inundación de una parte de la autopista Norte, donde quedaron atrapados varios vehículos.
La emergencia permaneció por más de 12 horas, mientras los organismos de rescate lograron evacuar a los ciudadanos y despejar el área.
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Uno de los perjudicados fue el periodista manizaleño Esteban Jaramillo, que se movilizaba con la idea de hacer una diligencia que no tomaría más de dos horas, permaneció 13 horas atrapado en su vehículo.
Sobre las 5:57 p. m., el comunicador escribió en sus redes sociales lo siguiente: “¡Ay, Bogotá! Llevo tres horas en este trancón. A un kilómetro por hora. Te amo, Manizales del alma”.
A las 9:00 p. m., Jaramillo volvió a publicar: “¡Caos, caos, caos!, voy para seis horas en un trancón”. Este tipo de mensajes fueron la constante en las redes sociales durante las horas que permaneció atrapado en el agua por cuenta de la emergencia. Además de los vehículos particulares que no podían transitar, varias rutas escolares que se disponían a dejar a los estudiantes en sus viviendas tras finalizar la jornada escolar se vieron envueltos en el caos.
Luego de una desesperante experiencia, así resumió lo ocurrido: “Salí de casa a recoger a un hijo a Cajicá y lo iba a llevar al aeropuerto, porque tomaba vuelo para Manizales, pero todo se complicó y la vuelta que pensaba hacer en dos horas se me convirtió en una odisea de 13 horas”.
El comunicador llegó a su hogar sobre las 3:42 de la madrugada del 7 de noviembre.
De acuerdo con el diario La Patria, en esas horas surgió la creatividad y plasmó en unos párrafos su vivencia en medio de una ciudad que se vio diezmada por las condiciones de la naturaleza: “La nevera inundada y yo, claustrofóbico, con mi carro por cárcel durante 13 horas, en una celda pequeña de dos metros por dos y medio, sin sanitario, sin cama, con los pies recogidos. Todo empezó cuando de repente se ensombreció Bogotá como preámbulo del desastre”.
“Cayeron hasta novios”, fue el adagio que utilizó para explicar que vivió un torrencial aguacero que generó el desbordamiento del humedal La Torca y las inundaciones. Se permitió contar cuáles fueron sus actividades dentro de ese tiempo. Saco provecho y prendió la radio, vio videos de YouTube, analizar jugadas deportivas y hasta tuvo espacio para reproducir memes.
De igual manera se tomó el tiempo para analizar la situación de los demás ciudadanos que estaban atravesando por la misma situación: “Me preocupé por los niños sin cobijo, sin el amor de sus padres, hambrientos al lado de los maestros, bloqueados también en la inmóvil caravana”.
En el texto compartido por el medio de comunicación también plasmo que Bogotá, una ciudad que ofrece innumerables oportunidades y recursos, ha sido el destino de muchos que buscan mejorar su calidad de vida. Sin embargo, la capital colombiana también enfrenta desafíos significativos, como la inseguridad y el estrés diario, según un relato personal de un residente que llegó a la ciudad desde Manizales hace décadas.
Este hombre que llegó a Bogotá con pocos recursos, encontró en la ciudad un lugar donde surgir. A pesar de las dificultades, expresó una gratitud eterna hacia la metrópoli por las oportunidades que le brindó. Sin embargo, también reconoce los problemas que enfrenta la ciudad, como la agresividad y la delincuencia indiscriminada, que afectan la calidad de vida de sus habitantes.