De acuerdo con el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, en Bogotá hay 118 monumentos que han sido declarados bienes de interés cultura, pero en cifras generales, la capital de Colombia cuenta con hasta 350 piezas de esta índole.
En uno de estos espacios, más específicamente en el Templete al Libertador, ubicado en la avenida Jiménez entre la carrera tercera y cuarta en el Parque de los Periodistas, un ciudadano se hizo conocido por vivir al interior de la estructura que en la parte más alta cuenta con una estatua del libertador Simón Bolívar.
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Se trataba de Manuel Fandiño, que durante 40 años fue llamado “Don Manuel” por los residentes del barrio La Veracruz, que tenían conocimiento de que tenía su hogar al interior del monumento.
La historia de Fandiño fue recordada en redes sociales debido a que se cumplieron 10 años desde que fue desalojado de esta estructura, a pesar de que desde inicios de los 70 comenzó a dormir al interior de los ladrillos de la pieza, en un espacio que no superaba dos metros de alto.
Vecinos de la zona observaron como con el paso del tiempo Fandiño fue “amoblando” este lugar, al que introdujo una cama y otros elementos de decoración, mientras que allí mismo funcionaba la asociación de artistas bolivarianos, que impartían clases y permitieron que “Don Manuel” se encargara de una galería en la que vendía las pinturas, pero también las cuidaba en las noches.
Debido a que era conocido por las personas del sector, en su momento el Instituto del Patrimonio lo reconoció como “el guardián del monumento”, pero años más tarde también se encargó de retirarlo de este lugar.
En 2014 se tenía planeada una intervención al templete, en lo que se invirtieron 222 millones para terminar con la humedad, retirar las hierbas y también las piezas de la galería informal, por lo que Fandiño fue desalojado y enviado a un hogar de refugio.
“Me convertí en el custodio directo del monumento desde el año 74 y nunca he recibido nada por cuidarlo. Me he enfrentado en las noches a machete con los grafiteros y con los indigentes que se orinan en la roca. Exponiendo la vida mía. Le pagaba a los recicladores para que barrieran los alrededores. Le he invertido casi todo a este monumento”, declaró “Don Manuel a El Tiempo en ese momento.
Fandiño, que ese momento tenía 87 años, también reveló que no era bogotano, era oriundo de Moniquirá, en Boyacá, pero que cuando tenía siete decidió escaparse de su casa al subirse a un camión de piñas y terminó varado en la capital, de la que nunca más volvió a salir.
“Llegue a la plaza de mercado y me eché a andar. Todo lo que yo veía me gustaba, pues nunca había visto carros. Llegué al ferrocarril, que era una belleza. Vi que los muchachos les cargaban las maletas a los pasajeros del tren al coche y por eso les daban su propina. Yo hice lo mismo. Con eso comía y en las noches dormía en un vagón”.
Al ser amigo de varios vendedores y artista de la zona, la historia de “Don Manuel” se hizo popular, pero luego de que los funcionarios retiraron sus cosas y cambiaron el candado de la zona cerrada del monumento, no volvieron a ver al adulto mayor que protegió a Simón Bolívar durante más de 40 años.
En una ocasión, una productora anunció que se realizaría una película sobreFandiño, pero así como su vida, este proyecto quedó en el olvido de los bogotanos.