En medio de las emergencias por las inundaciones en la autopista Norte de Bogotá, el presidente Gustavo Petro propuso la construcción de un viaducto de 3.5 kilómetros en la importante vía.
Este proyecto, según el mandatario, conectaría la reserva Thomas Van Der Hammen con los humedales Torca y Guaymaral, permitiendo un flujo adecuado de agua bajo la autopista, según declaraciones hechas por Petro a través de su cuenta de X.
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La propuesta de Petro surge en respuesta a un plan de concesión vial que contempla pasos de solo cinco metros de ancho bajo la autopista, lo cual, según el Presidente, no es suficiente para resolver el problema de las inundaciones.
Petro ha criticado esta medida con el argumento de que priorizar el ahorro económico podría poner en riesgo la seguridad de los habitantes de la zona.
El viaducto propuesto por Petro no solo busca mejorar la gestión del agua en la región, sino también preservar los ecosistemas de los humedales, que son vitales para la biodiversidad local.
La interconexión de estos espacios naturales es crucial para mantener el equilibrio ecológico y evitar desastres naturales que afecten a las comunidades cercanas.
La iniciativa del presidente ha generado un debate sobre la mejor manera de abordar los problemas de infraestructura y medio ambiente en Bogotá.
Mientras algunos apoyan la visión de Petro de una solución más integral y sostenible, otros cuestionan la viabilidad económica y técnica del proyecto.
Este anuncio se da dentro de las políticas ambientales que el Gobierno de Petro ha estado promoviendo, enfocadas en la protección de los recursos naturales y la adaptación al cambio climático. La discusión sobre el viaducto refleja las tensiones entre el desarrollo urbano y la conservación ambiental, un tema recurrente en las grandes ciudades de América Latina.
De hecho, ante las críticas, la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, también se pronunció, solicitándole al alcalde Galán que no busque culpables. “Invitamos al alcalde Galán a que, en vez de buscar culpables, trabajemos conjuntamente en soluciones estructurales en torno a las problemáticas del agua en Bogotá. Haber construido en los espacios del agua hoy nos cuesta y lo que está pasando en la Autopista Norte es una muestra de eso”.
Añadió que la “Anla no ha recibido una nueva solicitud de licencia por parte de la concesionaria, después de que se archivara en mayo de este año por la insuficiencia de la información del Estudio de Impacto Ambiental. Los proyectos de infraestructura deben contemplar la realidad del cambio climático y no profundizar la vulnerabilidad”.
Finalizó asegurando que todo tipo de construcción debe tener en cuenta el cambio climático y los ecosistemas.
La autopista norte y el concesionario
La Autopista Norte de Bogotá enfrentó un colapso significativo debido a las recientes inundaciones, que dejaron a más de 4.000 niños atrapados en las rutas escolares y cientos de personas sin la posibilidad de irse a sus casas debido a la falta de buses intermunicipales y de Transmilenio.
Las intensas lluvias provocaron encharcamientos severos, afectando gravemente la movilidad en varios tramos de esta importante vía. La situación se vio agravada por la ubicación de la autopista sobre el humedal de Torca-Guaymaral, que no logra absorber el volumen de agua acumulada, explicó el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán.
La concesionaria Ruta Bogotá Norte, encargada de la gestión de la autopista, está lidiando con estos problemas, que han generado y generan un caos vehicular en la zona. Las inundaciones han sido tan severas que en algunos tramos la vía ha quedado completamente intransitable, lo que afectó a miles de conductores y pasajeros que dependen de esta arteria para sus desplazamientos diarios.
Por su parte, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) archivó la solicitud de licencia ambiental para la ampliación de la autopista. Esta decisión se debe a deficiencias encontradas en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) presentado por la concesionaria. La falta de una licencia ambiental impide que se realicen las obras necesarias para mejorar la infraestructura y mitigar los efectos de las inundaciones.
El alcalde Galán ha señalado que, dada la ubicación de la autopista, las inundaciones son prácticamente inevitables. Sin embargo, ha enfatizado la necesidad de buscar soluciones a largo plazo que permitan mejorar la capacidad de drenaje del área y evitar futuros colapsos. La situación actual pone de manifiesto la urgencia de implementar medidas efectivas para gestionar el agua de lluvia y proteger tanto la infraestructura vial como el medio ambiente circundante.
La comunidad afectada ha expresado su preocupación por la falta de avances en la ampliación de la autopista y la gestión de las inundaciones. Los residentes y usuarios de la vía esperan que las autoridades y la concesionaria trabajen conjuntamente para encontrar soluciones que garanticen la seguridad y la movilidad en la zona.