Lo primero y más urgente para entrar y salir de Colombia es el documento válido para poder identificarse por fuera del territorio colombiano: el pasaporte.
Este cuadernillo con los registros de los viajes que ha realizado un ciudadano durante la vigencia del documento les permite a las autoridades migratorias tener toda la información pertinente bajo control y en orden. Por eso, aunque pueda parecer un asunto de menor importancia, el cuidado del documento resulta, en cambio, una prioridad.
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En Colombia la Cancillería emitió una serie de pautas para la conservación óptima de estos documentos, en especial, para que se mantengan vigentes con la claridad de los datos que allí aparecen.
De hecho, según información de la cartera de Relaciones Exteriores, los pasaportes son vigentes en tanto estén “los datos personales impresos en una lámina de policarbonato donde la fotografía está impresa a blanco y negro” y “en la parte inferior hay una zona biométrica de lectura mecánica (si tiene código de barras); si cumple con esas características usted tiene un pasaporte válido”, establece el ministerio.
En ese orden de ideas también están las recomendaciones para que el uso personal no sea un riesgo para el documento, ya que las autoridades de varias países demandan la presentación de estos documentos en perfecto estado.
En Estados Unidos, por ejemplo, si un pasaporte presenta daños visibles, las autoridades exigen que se solicite un nuevo documento, según informó el Departamento de Estado del país norteamericano.
Los daños que podrían requerir un reemplazo incluyen aquellos causados por agua, rasgaduras importantes, marcas no oficiales en la página de datos, ausencia de páginas de visas o perforaciones. Este protocolo busca garantizar que el pasaporte esté en condiciones óptimas para ser utilizado como identificación internacional.