El presidente Gustavo Petro reaccionó de manera enérgica contra las declaraciones del gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, que expresó su rechazo a la posibilidad de dialogar con grupos armados ilegales, incluidos el Clan del Golfo. El jefe de Estado, en su línea de Paz Total y la apertura de conversaciones con actores armados, lanzó un mensaje directo a través de sus redes sociales, dirigiendo su crítica al expresidente Álvaro Uribe Vélez y recordando la controversial negociación de su gobierno con los paramilitares en Santa Fe de Ralito.
El presidente Petro señaló, de forma tajante, que si bien el actual gobernador de Antioquia se oponía a las conversaciones con el Clan del Golfo, no se debía olvidar el historial de negociaciones previas entre el Estado colombiano y los paramilitares durante el mandato de Uribe.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
“¿Y por qué, entonces, el jefe del gobernador de Antioquia, Álvaro Uribe Vélez, negoció con los paramilitares en Santa Fe de Ralito?”, escribió Petro en su cuenta oficial de X, al recordar a sus seguidores que la historia de los diálogos con actores armados en Colombia no es reciente ni exclusiva de su administración.
¿Qué dijo el gobernador de Antioquia que enfureció al presidente Petro?
El choque entre ambos políticos se registró luego de que el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, recibiera una invitación del Gobierno nacional para participar en la mesa de negociaciones con el Clan del Golfo, grupo armado que mantiene una fuerte presencia en varias regiones del país, incluido su departamento.
En una carta fechada el 4 de noviembre, el Gobierno extendió la invitación a Rendón para asistir a una sesión de la Comisión del Gobierno Nacional sobre las conversaciones socio-jurídicas con este grupo criminal. La reunión, organizada por Álvaro Jiménez Millán, coordinador de la mencionada comisión, se celebró el 6 de noviembre en la Universidad Industrial de Santander, en Barrancabermeja.
Sin embargo, el gobernador de Antioquia se mostró inflexible en su postura y, a través de sus redes sociales, reiteró su rechazo a cualquier tipo de negociación con grupos armados ilegales.
“Antioqueños, mi respuesta será la misma por coherencia y convicción: la paz es el imperio de la ley, la justicia y las oportunidades sociales. Ni con disidencias de las Farc ni con el Clan del Golfo, ni con el ELN, ni con ningún bandido, de distinta pelambre, hay que sentarse a negociar”, afirmó Rendón, dejando clara su oposición a las políticas del Gobierno de Petro.
Este enfrentamiento se da en un contexto político tenso, en el que el presidente Petro sigue defendiendo su estrategia de Paz Total, una política que busca la desmovilización de grupos armados ilegales a través de la negociación y el diálogo, mientras que sectores políticos de derecha, liderados por figuras como el expresidente Uribe, son críticos de esta aproximación.
De qué se trata el acuerdo que mencionó el presidente Petro
El recuerdo de los diálogos entre el gobierno de Uribe y las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en la década de 2000 fue el punto de referencia que Petro utilizó para cuestionar la postura del gobernador y de los sectores políticos que se oponen a las negociaciones con grupos como el Clan del Golfo.
En este sentido, el presidente aludió a los acuerdos de Santa Fe de Ralito, firmados en 2003 bajo la administración de Uribe, que permitieron la desmovilización de las AUC a cambio de condiciones muy cuestionadas, como la no extradición de sus líderes y la legalización de parte de su fortuna.
El Acuerdo de Santa Fe de Ralito, considerado uno de los episodios más polémicos del proceso de paz en Colombia, fue suscrito por los jefes paramilitares en el contexto de un acuerdo que les permitía dejar las armas bajo ciertas condiciones, como la inmunidad para los jefes paramilitares y la posibilidad de mantener su poder político y económico.
Esta negociación fue duramente criticada por organizaciones de derechos humanos, que señalaron que permitió la consolidación de los paramilitares como actores políticos sin que se les hubiera exigido una justicia plena por los crímenes cometidos.
Al recordar el proceso de paz con las AUC, Petro intenta responder a las críticas que le señalan por abrir la puerta a negociaciones con grupos como el Clan del Golfo, señalando que, en la historia reciente de Colombia, ya se han establecido precedentes de negociación con grupos armados, incluso con aquellos que, en su momento, fueron considerados como los mayores responsables de la violencia paramilitar en el país.