El presidente Gustavo Petro manifestó su preocupación por las inundaciones que afectaron varios sectores de Bogotá, y resaltó la importancia de contar con infraestructuras capaces de aprovechar el agua de lluvia como una medida para reducir el impacto de futuras precipitaciones intensas y ahorrar agua potable en la ciudad.
Petro detalló una propuesta que contempla la creación de tanques de almacenamiento y sistemas de desvío de agua de lluvia desde los techos de las viviendas. “Estas lluvias en Bogotá deberían ser recogidas en infraestructuras para ahorrar agua potable. Sugerí un decreto de desastre para trasladar dineros a juntas de acción comunal y organizaciones de vecinos para hacer estas infraestructuras rápidamente”, expresó el mandatario.
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Según el presidente, esta medida permitiría una gestión más eficaz del agua en épocas de fuertes lluvias, al tiempo que brindaría una alternativa para enfrentar posibles periodos de sequía. Sin embargo, Petro lamentó que la propuesta no haya recibido la atención esperada. “No interesó mucho, pero creo que es indispensable”, señaló, explicando que estas iniciativas deben ser consideradas con urgencia para evitar que los problemas derivados de las lluvias se intensifiquen en el futuro.
La propuesta del presidente podría generar un debate en torno a la asignación de recursos a nivel local y nacional, especialmente si se llegara a considerar el decreto de desastre para facilitar la inversión en estas infraestructuras. Petro aseguró que, de contar con el respaldo de las autoridades y de la ciudadanía, el plan podría implementarse rápidamente, con la ayuda de juntas de acción comunal y organizaciones comunitarias que harían parte del proceso de construcción de los sistemas de recolección de aguas lluvias.
Afectación en la movilidad
Las intensas lluvias del 6 de noviembre en Bogotá generaron graves complicaciones en la movilidad, afectando especialmente el sector noroccidental de la ciudad. Las fuertes precipitaciones provocaron el colapso de alcantarillas en varias vías principales, resultando en inundaciones significativas en zonas como la Avenida Boyacá, donde el nivel del agua dificultó el tránsito vehicular y redujo drásticamente la visibilidad para conductores y peatones.
La congestión vehicular se extendió por varios kilómetros, causando largas filas y demoras de hasta dos horas en puntos críticos como la Avenida Boyacá. En respuesta, las autoridades de movilidad implementaron desvíos temporales para aliviar el tráfico, pero la cantidad de agua acumulada y los vehículos varados limitaron la efectividad de estas medidas.
El impacto de las lluvias se agravó por el taponamiento de alcantarillas, obstruidas rápidamente por residuos, hojas y sedimentos, lo que redujo la capacidad de drenaje del sistema de alcantarillado. Esta situación destaca la necesidad de mantener los desagües libres de obstrucciones, mediante un adecuado mantenimiento y un compromiso ciudadano para evitar arrojar basura en las calles.
La alcaldía y la Secretaría de Movilidad recomendaron evitar las zonas afectadas hasta que el tránsito se normalice, y solicitaron a los ciudadanos estar atentos a nuevos avisos de lluvias y posibles alertas de seguridad. Aprovecharon para hacer un llamado urgente a no arrojar residuos en la vía pública, dado que la basura acumulada contribuye a bloquear los sistemas de drenaje, lo que aumenta significativamente el riesgo de inundaciones en la ciudad. Además, instaron a la comunidad a colaborar con el mantenimiento de las alcantarillas para evitar futuras obstrucciones.
Por otra parte, el Aeropuerto El Dorado suspendió temporalmente sus operaciones debido a las lluvias intensas y tormentas eléctricas que afectaron la capital. Las autoridades trabajaron de manera coordinada para restablecer los vuelos tan pronto como las condiciones meteorológicas mejoraran, con el objetivo de garantizar la seguridad de los pasajeros y minimizar los inconvenientes. Se reanudó la actividad luego de 45 minutos.