Desmantelan red de contrabando farmacéutico: 700.000 unidades de medicamento ilegales incautadas y 12 capturados

En un operativo de gran envergadura, las autoridades colombianas desmantelaron una red de contrabando de medicamentos ilegales, incautando más de 700.00 unidades en varias ciudades del país. De acuerdo con las investigaciones, estos productos, valorados en más de 2.600 millones de pesos, eran fabricados en condiciones no autorizadas y distribuidos en droguerías tanto en Colombia como en países vecinos.

La Policía Fiscal y Aduanera (Polfa), en colaboración con otras entidades, llevó a cabo 22 allanamientos en ciudades como Barranquilla, Bucaramanga, Cúcuta, Cali, Villavicencio y Barrancabermeja. Durante estas acciones, se descubrió que algunos de los medicamentos incautados estaban elaborados con ingredientes como bicarbonato y levadura, sin la aprobación del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos – Invima.

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Otros productos eran introducidos ilegalmente desde sistemas de salud en Sudamérica, utilizando rutas terciarias en el departamento de Nariño. El operativo resultó en la captura de 12 personas, quienes enfrentarán cargos por delitos como concierto para delinquir, enajenación ilegal de medicamentos y corrupción de productos médicos. La red criminal distribuía estos medicamentos en aproximadamente 600 droguerías en Colombia y 100 en otros países de la región.

Entre los productos incautados se encontraban suplementos dietarios, tratamientos para enfermedades graves como el cáncer y el VIH/Sida así como potenciadores sexuales y anticonceptivos. Además, se identificó un laboratorio principal en Bogotá, donde se investiga la vinculación de más de 100 farmacias con esta red delictiva.

El coronel Yorguin Malagón, director de la Polfa, afirmó que continuarán trabajando para proteger a los consumidores de los riesgos asociados al consumo de estos medicamentos fraudulentos. Hasta la fecha, la Polfa ha incautado un total de 768.209 unidades de medicamentos ilegales en Colombia, con un valor estimado de 4.424 millones de pesos.

Las autoridades hicieron un llamado a la ciudadanía a reportar cualquier actividad sospechosa a través de la línea Anticontrabando 159 o el correo polfa.anticontrabando@policia.gov.co, asegurando la confidencialidad de la información proporcionada.

En Colombia, los medicamentos adulterados representan una amenaza significativa para la salud pública. Según el Instituto Internacional de Investigación contra la Falsificación de Medicamentos, el país se encuentra entre los diez con mayor incidencia de este problema a nivel global, ocupando el segundo lugar en América Latina.

Estos productos ilícitos, que no cumplen con las normativas de composición, son vendidos ilegalmente y pueden causar graves daños a la salud de quienes los consumen. La detección de estos medicamentos puede ser complicada debido a su similitud con los originales. Existen varias estrategias para identificar medicamentos adulterados y protegerse de posibles efectos perjudiciales. Entre las recomendaciones más importantes para evitar la compra de estos productos se encuentran:

• Sellos de seguridad: estos deben estar intactos y en buen estado.
• Condiciones de los empaques: verificar que los envases no estén dañados y que la información de las etiquetas sea legible y esté en español.
• Características del medicamento: olor, sabor y textura deben corresponder con los normales del medicamento original.
• Estado del empaque: no debe presentar señales de manipulación ni estar húmedo.
• Registro Invima: confirmar que el empaque incluya el registro del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima).

El consumo de medicamentos falsificados puede desencadenar efectos adversos como alergias, intoxicaciones, reacciones secundarias inesperadas, deterioro de la salud, lesiones, interacciones negativas e incluso la muerte. Colombia lucha constantemente contra la distribución ilegal de medicamentos, que no solo afecta la economía nacional, sino también pone en riesgo la vida de sus ciudadanos. La colaboración de la población y el fortalecimiento de los sistemas de control, junto con campañas de información, son clave para enfrentar este problema.