El pastor José Francisco Jamocó Ángel, declarado culpable de acosar y abusar sexualmente de dos feligreses de la iglesia El Shaddai, ubicada en Bogotá, fue condenado a 25 años de prisión.
El fallo de primera instancia contra Jamocó, revelado por Semana, determinó que después de un largo proceso de juicio penal, la Fiscalía General de la Nación presentó varios elementos de prueba, con el propósito de demostrar la responsabilidad del líder de la comunidad cristiana en delitos de acceso carnal o acto sexual en persona.
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Además, se fijó una inhabilidad de 20 años para ejercer cargos públicos. “El sentenciado deberá continuar privado de la libertad descontando la pena impuesta en el centro penitenciario”, se lee en el fallo.
En la decisión judicial también se compulsaron copias al ente acusador para que investigue otros presuntos actos sexuales abusivos y presiones que se habrían realizado contra otras feligresas, atendiendo las declaraciones de varias mujeres en el juicio contra Jamocó Ángel.
“Frente a las manifestaciones desplegadas por testigos (...) señalando eventos de probable agresión sexual perpetrados al interior de la iglesia El Shaddai presuntamente por quien fungió como pastor asociado Carlos Arturo Hernández Cubillos”, precisa el fallo revelado por el citado medio.
La defensa del pastor presentó recurso de apelación ante la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá.
Detalles de la audiencia
Durante las audiencias, se destacó cómo el pastor ejercía presiones y amenazas para evitar ser denunciado. “Las maldiciones en contra de aquella que osara enfrentarlo eran recurrentes”, explicó un testigo en la diligencia judicial. Efectivamente, el juicio que comenzó en 2019 reveló que las dos jóvenes víctimas fueron sometidas a una serie de coacciones y amenazas para que se mantuvieran en silencio.
La jueza 33 de conocimiento de Bogotá subrayó que la manipulación de la fe por parte de Jamocó Ángel fue una estrategia constante para mantener control sobre sus víctimas. Este patrón de conducta quedó evidenciado durante el juicio, donde declararon varios testigos que confirmaron las tácticas intimidatorias utilizadas por el pastor.
“El abuso de poder y la manipulación de la fe fueron claves para que el pastor pudiera perpetrar estos abusos por tanto tiempo”, afirmó la Fiscalía. Las víctimas relataron cómo Jamocó Ángel las convencía de que las agresiones eran avaladas por interpretaciones distorsionadas de la Biblia.
Relato de las víctimas
Una mujer que trabajó como recepcionista en la iglesia cristiana El Shaddai denunció haber sido obligada a realizar actos sexuales no consentidos por el líder religioso José Francisco Jamocó Ángel. Según el testimonio de la denunciante, los abusos comenzaron en 2005, año en que fue contratada, y continuaron hasta 2012.
La mujer explicó que, al inicio, Jamocó Ángel se mostró amable, apoyándola económicamente en sus estudios universitarios y brindándole ayuda para vivienda. Sin embargo, con el tiempo, según su relato, el pastor comenzó a someterla a abusos sexuales en su oficina personal.
Las investigaciones de la Fiscalía y Medicina Legal confirmaron que varias mujeres han denunciado experiencias similares de abuso dentro de la congregación, lo que ha afectado gravemente su salud mental. En particular, se identificaron casos en los que las víctimas presentaron secuelas psicológicas, como cuadros de estrés postraumático y otros trastornos mentales vinculados a las agresiones. Estos hallazgos han sido fundamentales en la recolección de pruebas que respaldan las acusaciones contra el líder religioso.
Otra mujer involucrada relató que fue acosada por Jamocó Ángel desde que era menor de edad y que los abusos se prolongaron hasta que ella cumplió 32 años. La situación escaló hasta el punto en que, según su testimonio, sus hijas también fueron víctimas de acoso por parte del pastor, lo que les generó graves afectaciones psicológicas. De acuerdo con las valoraciones de Medicina Legal, las hijas desarrollaron estrés postraumático debido a los episodios de abuso. La madre explicó que tanto ella como sus hijas normalizaron inicialmente el comportamiento del líder religioso, a quien consideraban una figura paterna, lo cual facilitó la manipulación y abuso prolongados.
El caso ha puesto en evidencia patrones de abuso y manipulación dentro de la iglesia El Shadai, afectando a mujeres que en su mayoría se encontraban en situaciones vulnerables. La Fiscalía continúa la recolección de testimonios y pruebas para determinar el alcance de los abusos y establecer responsabilidades.