El 6 y 7 de noviembre de 1985 ocurrió la toma del Palacio de Justicia, un hecho que dejó a más de cien personas muertas, entre ellos, once magistrados de la Corte Suprema de Justicia, integrantes del Movimiento-19 de abril (M-19) y civiles. El hecho también dejó a varios desaparecidos.
Al cumplirse 39 años de aquel suceso, la Asociación de Oficiales Retirados (Acore), salió en defensa de la fuerza pública, quienes han sido cuestionados por sus acciones en el terrible episodio.
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A través de un comunicado conmemoraron un nuevo aniversario de la toma del Palacio de Justicia. En su pronunciamiento, la organización destacó la gravedad de los hechos y la pérdida de vidas de servidores públicos, magistrados y miembros de la fuerza pública, al tiempo que expresó su rechazo hacia aquellos que, en su opinión, promovieron y ejecutaron la toma.
Acore calificó la toma del Palacio de Justicia como un “acto de terrorismo” que marcó de manera indeleble al país. Según la asociación, el asalto, liderado por el grupo guerrillero M-19, fue ejecutado en colaboración con narcotraficantes del cartel de Medellín, liderado por Pablo Escobar.
Esta “alianza”, afirmó Acore, “mancilló eternamente la majestad de nuestras instituciones”. La organización subraya que este ataque dejó un saldo de más de cien personas fallecidas, incluyendo magistrados de la Corte Suprema de Justicia, funcionarios públicos y civiles inocentes que se encontraban en el edificio en el momento del ataque.
Acore también resaltó los esfuerzos de las fuerzas de seguridad en su intento por recuperar el control del Palacio de Justicia. Durante el operativo, medio centenar de efectivos resultaron heridos, mientras las tropas lograron rescatar a 265 personas que habían quedado en poder de los atacantes.
Según la asociación, los miembros de la fuerza pública cumplieron con su misión constitucional, actuando para retomar las instalaciones y salvar a quienes se encontraban en situación de riesgo.
El comunicado incluyó una fuerte crítica hacia la situación actual de algunos de los responsables de la toma. Acore manifestó que muchos de ellos se encuentran en libertad e incluso ocupan cargos de relevancia en la vida pública, mientras que varios de los militares que participaron en la operación para retomar el Palacio de Justicia enfrentan procesos judiciales y cargas legales. Para la organización, esto representa una “paradoja inadmisible”, en la que los responsables del ataque no han respondido judicialmente en la misma medida que quienes defendieron las instituciones.
En el aniversario de este “acto criminal”, Acore expresó su solidaridad con el pueblo colombiano y rindió homenaje a la fuerza pública por su rol en la defensa de la democracia y el orden legítimo.
La asociación aseguró que la intervención de las fuerzas de seguridad fue clave para evitar lo que describe como un intento de golpe de estado que buscaba desestabilizar la democracia y borrar los registros del accionar del grupo guerrillero y del cartel de Medellín en el país.
A su vez, Acore subrayó la importancia de mantener la memoria histórica de estos hechos, calificando la respuesta de la fuerza pública como un acto necesario para preservar el orden constitucional y la seguridad de los ciudadanos.
El comunicado concluyó con un homenaje a los miembros de la fuerza pública que perdieron la vida en el cumplimiento de su deber durante la toma del Palacio de Justicia. En la lista se incluyen:
- Mayor (Policía Nacional) Héctor Aníbal Talero Cruz
- Teniente (Ejército Nacional) Sergio A. Villamizar Quintero
- Subteniente (Policía Nacional) José Rómulo Fonseca Villada
- Sargento Viceprimero (Policía Nacional) Jaime Benitez Prieto
- Agente Saúl Chavarriaga Salamanca
- Agente Jaime Rodríguez Vivas
- Agente Eduardo Bermúdez García
- Agente Libardo Duran
- Agente Jaime Alberto Portilla Franco
- Agente José Gerardo Malaver
- Agente Ramón León Ariza
El comunicado finaliza con un mensaje de respeto y gratitud hacia estos miembros de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional, quienes, según Acore, “ofrendaron sus vidas en cumplimiento de su deber”. La organización cierra con una consigna en su honor: “¡Gloria eterna a estos héroes de la patria! ¡Paz en sus tumbas!”.