En la noche del 31 de octubre, en medio de la celebración por Halloween, en el barrio Boston (Medellín, Antioquia) se registró un asesinato. Michel Rubén Álvarez Hernández, de 29 años de edad, iba a bordo de su moto cuando fue interceptado por hombres que lo acribillaron. Cercanos a la víctima comentaron a las autoridades que él había recibido amenazas de integrantes de la banda criminal conocida como Tren de Aragua por haber sido vinculado a diferentes crímenes en los que habría usado el nombre de esta organización.
Álvarez Hernández, indicaron las autoridades, fue amenazado en agosto del 2024 por estafas y hurtos en Bogotá, Cali y en Medellín, haciéndose pasar por miembro de la estructura. El asesinato se habría dado como un ajuste de cuentas cuando se dirigía a comprar comida, según informó El Colombiano.
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Este ataque, y otros registrados en lo corrido del año, hacen creer a las autoridades que la estructura nacida en el Estado de Aragua, Venezuela, estaría interesada en asumir un papel importante en la capital antioqueña. Sin embargo, y según publicó el citado medio, no lo ha logrado por el poder de otras bandas delincuenciales en todo el territorio de Medellín.
Sin embargo, lo que preocupa a la Policía es la dinámica que se marcó en 2024 en cuanto a los asesinatos a lo que corresponde a ciudadanos venezolanos. En este año se registraron 30 homicidios. Ante esta situación, expertos consultados por El Colombiano consideran que no es factible que este grupo organizado internacional logre establecerse con facilidad en la capital antioqueña.
Un criminal consultado por el medio mencionado anteriormente afirmó que, a diferencia de otras ciudades como Cúcuta (Norte de Santander), Ipiales (Nariño) o Bogotá, en la capital paisa este grupo transnacional no tiene control territorial y se estaría enfocando en gestionar armas y traficar estupefacientes. No obstante, y aunque no ha sido confirmado por las autoridades, también podrían estar vinculados al proxenetismo, la explotación sexual y las extorsiones.
Según información de la Policía Nacional, el Tren de Aragua tiene fuerza y presencia en Nariño, Bogotá, Norte de Santander. En ciudades como Barranquilla y Medellín aún no tiene control.
Para el director de la Corporación para la Paz y el Desarrollo Social (Corpades), la entrada del Tren de Aragua se ha dado lentamente aprovechando la clandestinidad que ha dado el fenómeno migratorio en los últimos años: “A medida que avanzan los migrantes, el Tren de Aragua va estableciendo sus estaciones, muchas de las cuales operan en la clandestinidad”.
El investigador también afirmó a El Colombiano que esta estructura se ha estado alimentando de información suficiente para poder controlarlos: “Estas estructuras se alimentan y crecen en logística, recursos económicos, armamento y conocimiento del terreno, desarrollando inteligencia sobre los territorios para aprender a controlarlos”.
Finalmente, el excomandante de la Policía Metropolitana general en retiro Eliécer Camacho, afirmó al medio citado que la organización no podrá establecerse con facilidad en esta ciudad, porque las estructuras delincuenciales que operan en Medellín son mucho más fuertes y han establecido un control sobre la banda transnacional. Según comentó: “La dinámica criminal de Medellín es muy distinta a la de otras ciudades, porque hay organizaciones muy consolidadas y fortalecidas que impedirían que otras organizaciones lleguen a invadir y a afectar sus rentas criminales”.
Así las cosas, aun las autoridades investigativas no confirman la presencia del Tren de Aragua en Medellín, pese a que hay indicios de que estarían teniendo actividad delictiva en distintos puntos de la ciudad. Ante este panorama, aseguraron que continuarán investigando de cerca, pues una de sus preocupaciones es el móvil que se ha establecido para realizar asesinatos en contra de los ciudadanos venezolanos.