Carlos Fernando Galán, alcalde de Bogotá, anunció un cambio en el plan de infraestructura hospitalaria de la ciudad debido a un conflicto legal sobre el terreno adyacente al hospital de Engativá.
En lugar de la ampliación inicialmente propuesta por la exalcaldesa de Claudia López, se construirá una torre de urgencias centralizada y se establecerán dos nuevos centros médicos en Fontibón y Suba.
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Con esta medida, la capacidad hospitalaria en el noroccidente de la ciudad aumentará de las 126 camas proyectadas para Engativá a un total de 323 camas.
Galán explicó que este cambio responde a la necesidad de mejorar el acceso a la atención médica en zonas con alta demanda y difíciles de cubrir con la oferta actual.
La inversión total asciende a 668 mil millones de pesos, distribuidos en 250 mil millones para el hospital de Engativá, 209 mil millones para Suba, y 209 mil millones para Fontibón.
Con el excedente de más de 240 mil millones de los 904 mil millones inicialmente proyectados para Engativá, se fortalecerán veinte centros hospitalarios adicionales en Bogotá, que no estaban incluidos en el plan original.
“Cuando nosotros llegamos a la alcaldía recibimos un proyecto que fue estructurado durante los años 2020 a 2023 para hacer una alianza público-privada denominada el Parque Hospitalario de Engativá”, indicó Galán.
“Vamos a replantear ese proyecto que concentraba toda la inversión en un solo sitio, para distribuirlo en tres hospitales: el reforzamiento del hospital de Engativá con una torre de urgencias, y la construcción de dos nuevos hospitales en Suba y Fontibón. Así podemos cubrir mejor a las poblaciones que hoy toman horas en llegar a los servicios de salud de Bogotá”.
Por su parte, el secretario de Salud, Gerson Bermont, destacó que este ajuste responde al modelo de salud “Más Bienestar”, el cual prioriza servicios especializados en hospitales de mediana complejidad.
Engativá se convertirá en un centro de alta especialización en urgencias, mientras que el nuevo hospital de Suba, ubicado cerca de la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO), se enfocará en cirugía programada con cuidados intensivos, lo que permitirá desconcentrar las atenciones actuales en otros hospitales de la red.
Este proyecto, que tenía como objetivo convertir el Hospital de Engativá en un centro de alta complejidad de 32.268 metros cuadrados y con una inversión de más de 904 mil millones de pesos, ya no se llevará a cabo debido a un conflicto legal sobre el terreno adyacente al hospital.
El plan inicial contemplaba la ampliación y modernización de las instalaciones, ofreciendo servicios de tercer nivel para beneficiar a localidades como Usaquén, Chapinero, Suba, Barrios Unidos, Teusaquillo y Engativá, además de municipios cercanos.
La iniciativa, parte del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), incluía la construcción, operación y mantenimiento de nuevas áreas especializadas, con una proyección de 229 camas para atención de alta complejidad.
Los líos legales con el hospital San Juan de Dios
El 24 de agosto, el presidente Gustavo Petro anunció la cancelación de un contrato que contemplaba la demolición de una torre del Hospital San Juan de Dios en Bogotá, lo que ha generado tensiones con el alcalde Carlos Fernando Galán.
La controversia gira en torno a la preservación de la torre central del hospital, un edificio de nueve plantas construido entre 1948 y 1952, considerado por algunos como un símbolo de la historia de la medicina en Colombia.
Petro argumenta que esta cancelación es un paso hacia la conservación del patrimonio histórico del hospital, declarado monumento nacional en 2002.
Por su parte, Galán advierte que esta decisión podría retrasar la reapertura del hospital y exponer a la ciudad a demandas millonarias: “Quiero ser muy claro: esta decisión no protege la salud de los bogotanos. Al contrario, pone en riesgo la prestación del servicio de salud, la estabilidad del Sistema Distrital de Salud, e impide la recuperación del Hospital San Juan de Dios, ordenada en varias sentencias en los últimos años”.
El Ministerio de Cultura ha iniciado proyectos de restauración en otras áreas del hospital que no están vinculadas al contrato con la empresa española Copasa, en un esfuerzo por preservar partes significativas del complejo hospitalario.