Juvenal Díaz, gobernador de Santander, expresó una fuerte preocupación por la crisis ambiental que atraviesa el departamento debido a la carencia de plantas de tratamiento de aguas residuales (Ptar). En su intervención durante la Tercera Cumbre de Páramos, llevada a cabo en Bucaramanga, Díaz hizo un llamado a atender esta problemática que afecta a más de la mitad de los municipios santandereanos, ya que el 50% de ellos, es decir, unos 44 municipios, no cuentan con infraestructura adecuada para el tratamiento de sus aguas residuales.
Esta carencia, señaló, está causando un impacto serio en los cuerpos de agua de la región y representa un riesgo latente para la salud pública. “En el 50% de los municipios de Santander no tenemos planta de tratamiento de aguas residuales, esto incluye a Bucaramanga. Estamos trabajando en acción unificada con el Gobierno nacional y las alcaldías del área metropolitana para iniciar la construcción de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales del río de Oro, que trataría las aguas residuales de Bucaramanga”, afirmó Díaz, al explicar la urgencia de esta iniciativa.
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La construcción de la Ptar del río de Oro se perfila como un proyecto prioritario y de gran envergadura, cuyo costo inicial podría alcanzar los $1,2 billones. Esta planta, al estar destinada a tratar las aguas residuales de Bucaramanga y sus alrededores, representaría un paso significativo en la reducción de la contaminación en el área metropolitana. Sin embargo, Díaz también advirtió sobre la magnitud de la inversión que requería la infraestructura total para abastecer a todo el departamento de las necesarias Ptar, sistemas de acueducto, colectores de agua y alcantarillados. Según sus cálculos, se necesitaría una inversión superior a $1 billón para garantizar estos servicios básicos en Santander.
Sin embargo, el gobernador destacó la colaboración que se estaba llevando a cabo entre el gobierno departamental, el Gobierno nacional y las autoridades locales, quienes habían asumido el compromiso de avanzar en la construcción de estas plantas de tratamiento.
Así mismo, el gobernador Díaz, expuso con preocupación que, si no se avanza en la construcción de estas plantas, los ríos y quebradas de Santander continuarían recibiendo vertimientos de aguas sin tratar, lo cual afectaría gravemente la calidad del agua y pondría en riesgo la salud de las personas. “El avance en la construcción de plantas de tratamiento de aguas residuales es fundamental para la protección de nuestros recursos hídricos. Si no actuamos a tiempo, los ríos y quebradas seguirán contaminándose, y esto afectará no solo al medio ambiente, sino directamente a la salud de nuestros ciudadanos”, subrayó Díaz. Aunque resaltó que la Ptar de Curití ya estaba en funcionamiento, señaló que aún hacía falta avanzar en otros municipios prioritarios, como San Gil.
Por su parte, Jaime Andrés Beltrán, alcalde de Bucaramanga, también se pronunció sobre la necesidad de abordar el tratamiento de aguas residuales en el área metropolitana. En su intervención, enfatizó la importancia de considerar distintas soluciones, como una gran Ptar o sistemas de tratamiento más pequeños distribuidos por sectores, para asegurar un acceso eficiente al agua limpia. Beltrán reconoció el alto costo de estas infraestructuras, pero afirmó que ya estaban trabajando en una estrategia de tratamiento sectorial que permitiera asegurar la calidad del agua.
Ambos funcionarios coincidieron en que el éxito de estos proyectos dependería de una colaboración sólida entre los gobiernos departamental, nacional y municipal, junto con la participación activa de las comunidades locales y expertos. La cooperación entre estos actores, concluyeron, sería crucial para avanzar en la construcción de infraestructuras sostenibles y asegurar la protección de los recursos hídricos en Santander.