El 6 y 7 de noviembre de 1985 ocurrió la toma al Palacio de Justicia, en el centro de Bogotá, donde más de 100 personas murieron, incluyendo 11 magistrados de la Corte Suprema de Colombia, varios miembros del Movimiento-19 de abril (M-19) y civiles, así como miles de desaparecidos.
Al cumplirse 39 años de aquel suceso, el presidente Gustavo Petro se refirió en una publicación, en su cuenta de X, en la que señaló que las versiones presentadas frente a la participación del extinto grupo guerrillero M-19 no están del todo claras.
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“Muestra que la verdad oficial sobre el Palacio de Justicia es mentira. Mentira que se hizo para ocultar que premeditadamente personas de uniforme sub judice (sic) por delitos de tortura, que en masa se cometieron durante el gobierno de Turbay, querían quemar las pruebas contra ellos y no les importó la vida de los magistrados, a quienes dispararon y que eran quienes adelantaban las investigaciones contra ellos”, escribió el jefe de Estado en sus redes sociales.
A su vez, el mandatario compartió una entrevista realizada por la revista Cambio a José Dorado Gaviria, un exagente de inteligencia del Ejército, en la que asegura que durante la toma del Palacio de Justicia hubo ejecuciones extrajudiciales, torturas y desapariciones ordenadas por los altos mandos de la institución castrense de la época.
El presidente Petro sostuvo además que lo mencionado por el exagente al citado medio de comunicación “es la recomprobación de la tesis que he defendido en los diversos debates en el Congreso”, recordando que durante su etapa como congresista citó a debates de control político sobre las desapariciones y torturas que se llevaron a cabo durante la toma.
Posteriormente, Petro se refirió al papel desempeñado por el M-19, el grupo guerrillero al que perteneció en su juventud, durante estos actos violentos, y aseguró que dicha organización armada fue víctima de una emboscada por parte del Estado colombiano. “El M-19, torpemente, quiso reabrir el proceso de paz firmado en 1984, y violado sistemáticamente desde su firma, con un juicio armado al presidente que traicionó el proceso, y cayó en la trampa tendida que llevó a la muerte a guerrilleros y magistrados. Estábamos en el comienzo de la época de la toma mafiosa del Estado”, afirmó.
Finalmente, el mandatario enfatizó en que estos hechos no deben repetirse en el país y reiteró su orden de que la fuerza pública sea fiel a la ciudadanía colombiana. “Esa época no debe volver más. El Estado de Colombia y su fuerza pública deben pertenecer exclusivamente a la ciudadanía. Ese es el principio de la democracia y la paz”, concluyó.
Lo que dijo el exagente sobre la Toma al Palacio de Justicia
Según lo manifestado por Jose Dorado Gaviria, exagente de inteligencia, a la revista Cambio, las fuerzas militares de la época si habían planeado la retoma al recinto judicial en 1985, con la consigna de eliminar a varias personalidades que eran catalogadas como “enemigos” del brazo armado del Estado.
“La retoma del Palacio de Justicia no fue contra el M-19. Lo que queríamos era acabar con la rama judicial”, dijo el exoficial a la periodista Helena Urán Bidegain, hija del magistrado Carlos Urán, que desapareció en ese hecho histórico de Colombia.
Dorado mencionó que cada integrante de la retoma al Palacio tenía una misión especial, y sostuvo que para ello, se efectuaron métodos sofisticados de vigilancia y captura. Adicionalmente, contó lo que sucedió con las personas que salieron vivas del Palacio, pero que desaparecieron tras la retoma por parte del Ejército nacional.
“Varias personas que fueron trasladadas muertas al cementerio sur de Bogotá. Hubo otras personas que después de muertas, por el nivel de importancia que tenían, fueron devueltas al Palacio de Justicia para hacer creer que había muerto ahí. Eso se hizo para ocultar que esas personas habían muerto sometidas a interrogatorios de inteligencia o asesinadas con tiros de gracia”, sostuvo.