El mundo de la música urbana se encuentra en vilo debido a la disputa legal que enfrenta al artista colombiano Feid con su primer exmánager y un grupo de inversionistas, quienes lo acusan de incumplimiento de contrato. Este conflicto, que podría tener un impacto significativo en la carrera del cantante, se centra en la propiedad del nombre artístico “Feid”.
De acuerdo con un comunicado de la firma de abogados De La Espriella Lawyers, el conflicto se centra en el uso del nombre artístico “Feid”, registrado conjuntamente en Colombia por el cantante y sus socios iniciales. La demanda alega que Feid no ha cumplido con el acuerdo de compartir un porcentaje de sus ingresos con estos socios, quienes fueron fundamentales en el inicio de su carrera musical.
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Según se informó, el litigio se originó a partir de un contrato firmado por Salomón Villada, conocido artísticamente como Feid, cuando era menor de edad. Este documento, que también lleva la firma de la madre del artista, estipulaba que el nombre artístico debía pertenecer al exmánager.
“El caso se centra en la deslealtad del artista al desconocer los derechos de sus socios iniciales, quienes registraron conjuntamente la marca “Feid” en Colombia. Además, Feid firmó un documento comprometiéndose a reconocer un porcentaje de sus ingresos a los mismos, compromiso que ha incumplido”, se lee en un comunicado.
Durante una audiencia celebrada en octubre de 2024, el intérprete de Chorrito pa’ las ánimas admitió haber firmado el contrato con una disquera, pero aclaró que no ha recibido ingresos de esa relación desde 2016. Esta situación añade una capa de complejidad al caso, ya que el exmánager alega que el incumplimiento del contrato por parte del artista, al firmar con otra disquera, afectó los derechos de propiedad y las ganancias asociadas al nombre “Feid”.
En su momento, el abogado Mauricio Maestre ha compartido en redes sociales pruebas que respaldan la propiedad compartida de la marca “Feid” en Colombia, lo que refuerza las demandas de compensación por parte de los inversionistas. Entre los demandantes se encuentran el primer representante del artista, un empresario de excursiones, una inversionista y un organizador de conciertos, aunque sus nombres no han sido revelados. El comunicado de los abogados destaca que los demandantes buscan justicia y el reconocimiento de su aporte al éxito de Feid, así como la devolución del dinero invertido y el pago de los ingresos no abonados.
El conflicto legal también involucra el uso del nombre “Ferxxo”, con el cual Salomón Villada ha alcanzado gran popularidad. El artista sostiene que actualmente tiene el control sobre esta marca, lo que plantea interrogantes sobre las implicaciones legales de su situación. La audiencia, transmitida por el programa de entretenimiento La Red, reveló un documento que podría ser crucial para el caso, ya que fue firmado por el antioqueño en su juventud.
Es preciso mencionar que la disputa no solo afecta el futuro del nombre artístico de Feid, sino también el manejo de su imagen y los ingresos generados por su música en los últimos años. La falta de ingresos desde 2016, a pesar de su éxito creciente, complica aún más el panorama legal. El abogado del exmánager argumenta que el contrato original estipulaba que el cantante de 32 años debía permanecer bajo su representación, lo que ha llevado a esta batalla legal.
Este caso pone de relieve las complejidades legales que enfrentan los artistas en la industria musical, especialmente cuando firman contratos en una etapa temprana de sus carreras. La gestión de los derechos sobre los nombres artísticos es un tema crucial que puede tener repercusiones significativas en el futuro de los artistas.
Por ahora, el proceso legal sigue en curso, y se espera que en futuras audiencias se determinen los pasos a seguir. Los seguidores de Feid están atentos a los posibles efectos de esta disputa legal en su carrera y su música. Mientras tanto, el artista continúa enfocado en su trabajo musical, con varios proyectos en marcha. Sin embargo, el desenlace de esta controversia podría tener repercusiones duraderas en su carrera y en la manera en que los artistas gestionan sus contratos y su marca personal en un entorno cada vez más competitivo y complejo.