Desde hace varios meses, en Colombia se viene hablando de un posible apagón eléctrico, como sucedió a principios de los años 90, ante las dificultades que registran los embalses de generación por la sequía generada por el fenómeno de El Niño. Es así como el sector energético del país enfrenta un panorama incierto debido a la falta de lluvias por la debilidad del fenómeno de La Niña, que todavía no contribuyó a la recuperación esperada de estas represas.
Ahora, según una investigación del Bancolombia dejó con más incertidumbre al país. Según esta, existe solo una probabilidad del 60% de que La Niña esté presente en este trimestre y se proyecta que se extenderá hasta febrero de 2025. “Este fenómeno ha sido débil”, apunta la investigación, lo que demuestra los riesgos de un eventual racionamiento eléctrico que impactaría en diciembre, uno de los meses donde más se consume el servicio.
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Y es que el problema se ve acentuado por los niveles históricamente bajos de las reservas hídricas. Por ejemplo, el 30 de octubre, las reservas alcanzaron mínimos de los últimos 20 años, ubicándose en 55,29%, algo muy por debajo del promedio habitual del 72,9% observado entre 2013 y 2023.
Como precisa la entidad bancaria, “desde abril de 2023, con excepción de junio de 2024, el caudal mensual no ha superado el promedio histórico”. En octubre, el flujo de agua apenas alcanzó el 61,7% del promedio histórico.
La situación llevó a expertos a no descartar un escenario de estrés energético, en especial, porque diciembre marca el comienzo de la temporada seca que se extiende hasta marzo o abril. “Si no se recuperan los embalses en los próximos meses, hay un riesgo de racionamiento en el primer trimestre de 2025″, dijeron los investigadores de Bancolombia. Este panorama es preocupante para uno de los principales sectores del país.
Mercado regulado y no regulado
El mercado eléctrico en Colombia se divide en dos: el mercado regulado, que atiende a usuarios residenciales y pequeños comercios con tarifas establecidas por el Gobierno, y el no regulado, donde los grandes consumidores, como las industrias, negocian de manera directa los precios de la energía. El mercado regulado ofrece costos más estables, mientras que el no regulado proporciona una mayor flexibilidad, lo que permite a las grandes empresas optimizar costos según la oferta y la demanda del mercado.
Un aspecto clave que se resalta en la investigación de Bancolombia es la “potencia máxima horaria”, que representa el valor más alto de demanda eléctrica registrado durante una hora específica del día.
Dicho indicador es vital para garantizar la capacidad de generación, transmisión y distribución del sistema eléctrico, lo que asegura que pueda satisfacer los picos de consumo sin fallas. En Colombia, la demanda máxima se registra a las 7:00 p. m. y representa un 4,7% de la demanda total diaria entre enero y septiembre de 2024.
Aumento en la capacidad de generación
Para satisfacer la creciente demanda energética, en especial durante la hora pico, es fundamental aumentar la capacidad de generación y transmisión eléctrica. La expansión de fuentes renovables, como la energía eólica y solar, es necesaria para diversificar la matriz energética. No obstante, las fuentes renovables presentan variabilidad, por lo que las plantas térmicas siguen siendo vitales para asegurar la confiabilidad del sistema.
Además, el uso de tecnologías como baterías de almacenamiento es crucial para optimizar la entrega de energía solar.
Las perspectivas a futuro enfatizan la necesidad de preparación y adaptación del sistema energético del país. “El escenario actual subraya la importancia de desarrollar infraestructuras resilientes y diversificar nuestras fuentes de energía para mitigar riesgos potenciales”, mencionaron los investigadores de Bancolombia.