Desde el auge del trabajo remoto, impulsado por la pandemia de covid-19, hubo un cambio importante en las dinámicas laborales en Colombia y en muchos otros países. Este tipo de trabajo, que ofrece beneficios como la reducción de desplazamientos y una mejor conciliación entre la vida personal y profesional, también hizo surgir desafíos únicos en la gestión de riesgos laborales.
Dicha modalidad, de la que hacían parte 1.557.776 de trabajadores en 2022, según el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones de Colombia (MinTIC), implica, entre otras cosas, que las oficinas pueden establecerse de manera práctica en cualquier lugar con un computador, celular u otro aparato electrónico con conexión a Internet, aunque esto no exonera a los obstáculos de la responsabilidad de velar por la seguridad de los empleados.
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Ante esto, la asociada de la firma de abogados Godoy Córdoba María Carolina Martínez explicó que “un accidente laboral se define como cualquier suceso que ocurra mientras el trabajador cumple órdenes de su superior, sin importar si se encuentra en una oficina convencional o trabajando desde casa”. Esto significa que las leyes colombianas aún siguen siendo muy estrictas en cuanto a la responsabilidad del empleador en situaciones de riesgo que puedan surgir durante las horas laborales.
Afiliación a una ARL
De esta manera, el papel de las administradoras de riesgos laborales (ARL) es clave en esta situación. Reconoció la experta que estas entidades “son responsables de asegurar a los trabajadores y ofrecer cobertura en caso de accidentes laborales”.
La afiliación a una ARL es una obligación de cada empleador, quien debe garantizar que todos los trabajadores, independientemente de su lugar de trabajo, estén protegidos. Este sistema garantiza que, si un trabajador remoto enfrenta un accidente, los costos médicos y las compensaciones sean cubiertos de manera adecuada.
La Ley 2121 de 2021, que regula el trabajo remoto en Colombia, se convirtió así en una guía esencial para repartir las responsabilidades entre trabajadores y trabajadores. La normativa asegura que el empleado tiene derecho a elegir el lugar desde el cual desea prestar sus servicios, con la condición de contar con el consentimiento del empleador y la autorización de la ARL pertinente.
Además, también obliga a las empresas a proporcionar los recursos necesarios para que el trabajador pueda realizar sus labores de forma segura. Entonces, la “responsabilidad de la ARL incluye programas de prevención y control de riesgos laborales”.
Cómo se logra el entorno adecuado
Para lograr un entorno adecuado, la colaboración entre trabajadores y empleados es crucial. María Carolina Martínez, según Semana, dijo que “los trabajadores deben proporcionar orientación y recursos para que los trabajadores establezcan espacios óptimos de trabajo”. Esta interacción colaborativa es necesaria para que los empleados mantengan su espacio de trabajo conforme a las pautas de seguridad, reportando cualquier riesgo o incidente.
Algunas empresas ya innovaron con la aplicación de inspecciones virtuales en los hogares de los empleados, una estrategia que permite la verificación de que los espacios cumplen con los requisitos de seguridad laboral establecidos por las leyes.
Aunque todavía no es una práctica generalizada, la abogada también destacó que “la adaptación al trabajo remoto está llevando a cambios en los métodos de control y supervisión de riesgos laborales” en el país.
Es así que, mientras el trabajo remoto sigue ganando terreno en la cultura laboral de Colombia, las responsabilidades en la gestión de riesgos laborales toman un papel cada vez más crítico. La Ley 2121 de 2021 ofrece un marco legal sólido, sin embargo, la implementación plantea desafíos, en especial, en cuanto a la definición y control de los espacios de trabajo en los hogares de los empleados. La interacción activa entre empresas, trabajadores y ARL será esencial para avanzar en este frente.